Muchos lo
dieron por muerto hace tres años, cuando el español Rafael Nadal disfrutaba de
su mejor momento en el mundo del tenis y el serbio Novak Djokovic venía empujando
con fuerza, hasta desplazarlo al tercer lugar en el listado del orbe, pero el
suizo Roger Federer renació de sus cenizas y demostró en este 2012 que sigue
siendo el eterno maestro del denominado Deporte blanco.
Siendo el
más técnico jugador de esta generación, a Federer le faltó fuerza en las más
recientes temporadas para pelear de tú por tú con sus principales contrarios en
el exigente calendario del tenis profesional.
El 2012
pareció que traía más de lo mismo, luego de caer en semifinales del Abierto de
Australia ante Nadal, y encajar otra derrota ante el estadounidense John Isner
en el duelo por la Copa Davis ,
pero el rumbo se enderezó cuando alcanzó el trono en el Abierto de Rótterdam,
tras imponerse al argentino Juan Martín del Potro en la final.
Seguidamente
obtuvo el cetro en el Abierto de Dubai, y los Masters 1000 de Indian Wells y
Madrid. Luego de imponerse en la capital ibérica recuperó el segundo lugar del
ranking, desplazando a Nadal.
Su mejor
tenis estaba de vuelta y lo demostró al imponerse en Wimbledon para retomar el
lugar cimero del listado, aunque un mes después no haya podido con el mismo
rival, el escocés Andy Murray, en la final de los Juegos Olímpicos de
Londres-2012.
Ese
título en la Catedral
del tenis lo igualó con el máximo ganador en la Era moderna, el estadounidense Pete Sampras,
ambos con siete coronaciones, pero volver al número uno lo dejó solo con el más
extenso reinado en esta disciplina, al romper el récord de Sampras de 286
semanas en lo alto de la clasificación, y ya ha dejado ese número más allá del
300.
Para
cerrar el año, no pudo con Djokovic en la final de la Copa Masters , que reúne a los
mejores ocho raquetistas de la temporada, y esto le imposibilitó cerrar como
líder del escalafón mundial, pero no impidió que el resto del mundo recordara
nuevamente quien es el maestro de los tenistas actuales. Luego de recuperarse
de un 2012 agotador, en 2013 seguramente volverá a dar la hora, como un
auténtico Rolex.
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