Robeisy, ¿Novato dónde?

Por Lemay Padrón Oliveros

Viera sí es un novato en toda ley.

Es como arar en el mar. Lo digo y lo repito y no es matraca mía: las “reglas” para determinar el Novato del año en Cuba siguen siendo arbitrarias.

Hace dos años me quejé públicamente porque estaban en el mismo saco como supuestos noveles el luchador Frank Chamizo y el pelotero Dalier Hinojosa.  

Chamizo tenía 18 años y por primera vez competía internacionalmente entre mayores, pero Hinojosa llevaba varias series nacionales y fue nominado porque debutaba en el equipo Cuba, con el cual tuvo una excelente actuación en la temporada internacional, vale recordarlo.

Por suerte primó el buen tino y en esa ocasión ganó quien lo merecía, pero no era la primera vez que había polémica en la elección, y desgraciadamente no fue la última.

Acaban de dar a conocerse los premios a los mejores deportistas de Cuba en 2012 y fue considerado como novato Robeisy Ramírez.

Comienzo diciendo que no tengo nada contra el boxeador, sino todo lo contrario, aquí no se trata de bajarlo de categoría, sino simplemente de ser justos en cuanto a las nominaciones, como mismo dije en su momento con el caso de Hinojosa, todo un coloso con un juego perfecto incluido, aunque fuera ante Sri Lanka.

El púgil cienfueguero brilló en esta campaña con su cetro olímpico en Londres, pero ya estaba en las filas del principal equipo cubano desde el año pasado, cuando ganó los Juegos Panamericanos de Guadalajara-2011. Por tanto, es novato solamente en Juegos Olímpicos, y si nos guiamos por eso entonces la mayor parte de la delegación cubana también lo era.

Por el contrario, el lanzador Carlos Juan Viera sí es un novato en toda la ley, por edad y porque debuta, razón fundamental para ser considerado novato, y por eso me parece que esta vez el galardón cayó en las manos equivocadas.

Tanto con Las Tunas como en sus apariciones con el equipo Cuba, Viera firmó excelentes actuaciones, y reunía los méritos suficientes como para ser el mejor novel de Cuba en 2012.

Es cierto que son supuestamente los votos los que deciden cada lauro, pero si mezclas agua y aceite, nunca el vital líquido quedará encima.