El debate sobre la venidera estructura de la Serie Nacional de béisbol sigue abierto, y quizás más vivo que nunca. No obstante, he escuchado pocas referencias a la fecha de realización del torneo, que probablemente cambie para permitir las contrataciones en el exterior.
Se trata
de un asunto peliagudo, porque por un lado están las Ligas del Caribe, que son
invernales y se juegan entre noviembre y febrero, y por el otro las Grandes
Ligas y sus similares de Asia, que transcurren de marzo a octubre.
Evidentemente, no se puede quedar a tono con las dos.
De
entrada, hay que tomar una decisión sobre si los contratados juegan o no en
Cuba, y al parecer se está empezando a aceptar la idea de que no lo hagan, como
dejó entrever el otro día el Comisionado Nacional, Heriberto Suárez.
Se
refirió específicamente a los casos de Michel Enríquez (México) y Alfredo Despaigne
(Japón), y aunque no generalizó, todo parece indicar que se pretende liberar a
esos peloteros de sus compromisos domésticos para que se concentren en esos
clubes y en los torneos oficiales del equipo nacional. De esa manera mantienen
la fidelidad a los contratos firmados y al conjunto tricolor, y a la vez
disfrutan de un descanso inviolable para que puedan rendir.
Lo único
que no me gusta de esto, y lo he expresado anteriormente, es que estén “de
cañón” en el equipo nacional. Si no están rindiendo (a veces ni jugando) en
esos clubes, y los técnicos no los ven en entrenamientos, porque no siempre van
a poder llegar con el tiempo necesario para prepararse, ¿por qué ocupar el
lugar de otro que puede estar desforrando pelotas en Cuba o dominando a su antojo
desde la lomita? Además, hoy son menos de 10 los contratados, pero en el futuro
pudieran ser más, y entonces ya la selección estaría hecha con antelación, sin
opciones para quienes estén rindiendo aquí.
Volviendo
al calendario, me parece que lo primordial es moldearlo en dependencia de los
compromisos internacionales, y no tanto las Ligas, porque, por una parte, es
innecesario subordinarlo a ellas si en definitiva no jugarían los contratados,
y por otra, coyunturalmente ahora la
MLB autorizó la incorporación de cubanos en el Caribe, pero,
¿y si cambian de idea el año que viene, como ya pasó cuando Despaigne se vio
envuelto en los manejos turbios de los Piratas de Campeche?
Salvo que
aparezca otro certamen, hasta ahora para Cuba las prioridades son la Serie del Caribe (febrero),
el Clásico (marzo), el Super 12 (noviembre), y Centroamericanos y Panamericanos
(julio y agosto). Son esos los meses que deben estar marcados en rojo para
cualquier calendario, y algún otro que de los certámenes mencionados se traslade
por solicitud de la sede, por eso las fechas probablemente no sean fijas año
tras año. Tanto la Nacional
como el torneo Elite deben acomodarse en esos periodos de tiempo restantes.
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