En un país bloqueado económicamente, que cuenta centavo a centavo cada erogación, ya sea para resolver problemas sociales, deportivos, medicinas, insumos y hasta lo más mínimo, llama la atención que se gaste dinero en cosas que aportan poco a nada.
Me
refiero específicamente a la celebración de los juegos pendientes de la primera
fase en la actual Serie Nacional, entre los cuales está incluida toda una
subserie entre Artemisa y Cienfuegos, dos equipos ya sin opciones de avanzar a
la siguiente instancia.
Con
tantos problemas por resolver en este país, la verdad no puedo entender cómo se
destinan recursos que por muy pocos que fueran (no me parece nada desdeñable el
traslado y alojamiento de unas 40 personas por al menos dos noches), pudieran
emplearse hasta para comprar más pelotas, para no hablar de tapar un bache en
una calle.
Es
cierto, con eso no se resuelve un gran problema, pero al menos es algo útil que
agradecerán quienes viven en ese entorno, mientras que la celebración de estos
encuentros probablemente no siente bien ni a los propios protagonistas, que ya
pudieran estar pensando en sus vacaciones, o soñando con ser escogidos como
refuerzos.
Si no
deciden nada en la clasificación, pues los cienfuegueros no podrán avanzar más
allá del puesto 12 que ocupan actualmente, ni los artemiseños del 14, ¿qué
sentido tiene celebrar esta subserie, en una temporada ya de por sí afectada en
sentido general por la ausencia de varios jugadores importantes?
En
cuanto a los lideratos individuales, que cerrarán luego de la segunda fase,
tampoco tiene suficiente peso tomar como justificante que Yohandry Urgellés,
José Ángel García y Juan Miguel Soriano (los únicos de esas dos novenas entre
los primeros en lideratos positivos) podrían ampliar sus números, pues
seguramente serán escogidos como refuerzos, y tampoco nadie garantiza que
jueguen esos tres choques.
Honestamente,
Cuba no está para gastar dinero en algo que tan poco va a aportar desde todo
punto de vista.
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