martes, 1 de octubre de 2013

Latinoamérica de plata en Budapest

Por Lemay Padrón Oliveros
Tres preseas de plata fue el saldo para América Latina y el Caribe en el recién concluido Campeonato Mundial de lucha, escaso en comparación con otros años porque muchas veces se obtiene al menos un oro, pero acorde a la realidad de este deporte en el que las grandes potencias son las dominadoras.
   El poderío económico tiene mucho que ver en el medallero de esta cita, en la cual los mayores titulares los alcanzaron gladiadores y gladiadoras de Rusia (junto a las antiguas integrantes de la Unión Soviética), Japón, Estados Unidos, y muy pocas excepciones.
   Dentro de este conglomerado sobresalió la venezolana Mayelis Caripá Castillo, una luchadora ya de 33 años que se pensaba en declive y muy por el contrario, mostró grandes progresos en la justa.
   Solamente la pudo parar la japonesa Eri Tosaka en la final, pero antes ganó tres combates, y con eso garantizó una medalla de plata, que en su caso es como un oro.
   Sucede que la veterana luchadora carabobeña, olímpica en Atenas-2004, Beijing-2008 y Londres-2012, ha tenido en el peso a otro durísimo rival, que le ha demandado enormes esfuerzos para no subir de categoría.
   Sin embargo, su férrea voluntad y la confianza en la victoria han sido siempre sus mejores armas, como ella misma confiesa.
   Tengo muchos años en esto, me conocen y saben que cuando me monto en una colchoneta doy todo, mis rivales me respetan bastante, porque saben que soy una luchadora muy aguerrida, expresó en una entrevista.
   No obstante, el arte de las llaves y los agarres no motivaba a la nativa de la ciudad de Valencia en un principio, pues su primera disciplina fue el atletismo.
   En realidad no me gustaba para nada la lucha. Empecé estudiando en la escuela de talento deportivo en Carabobo, y cuando cumplí los 15 años me cambiaron, me pusieron a rotar por varios deportes porque era muy pequeña, y así fue como quedé en lucha, explicó la gladiadora en otra ocasión.
   Con apenas 16 años se puso a las órdenes del entrenador Ángel Rondón, y desde el año 2000 es guiada por su esposo, David Ochoa.
   Junto a él ha obtenido la mayoría de sus triunfos más importantes hasta este: los bronces en la Copa del Mundo de Francia-2005, el Campeonato Mundial de Bakú-2007 y los Panamericanos de Río de Janeiro-2007.
   Este año su mejor desempeño había sido el segundo lugar en el Grand Prix de España, en el cual había sido plata también en 2011, y ha sido además seis veces titular continental del deporte, además de ganar los Juegos Centroamericanos y del Caribe de Cartagena-2006 y Mayagüez-2010.
   Ahora en Budapest, la colombiana Jackeline Rentería pudo sumar otro metal para la región porque quedó bien cerca de las preseas en los 63, pero sucumbió en la disputa del bronce ante la kazaja Yekaterina Larionova, luego de avanzar hasta semifinales.

CUBA DE NUEVO A LA VANGUARDIA

Como es tradicional en esta disciplina, Cuba se ratificó a la vanguardia de Latinoamérica, con dos preseas de plata, ambas del estilo libre, a los cuellos de Liván López (66) y Reineri Salas (84).
   Para López fue la confirmación de un ascenso, pues había sido tercero en el Mundial anterior y los Juegos Olímpicos de Londres-2012, y ahora subió un escalón en el estrado de premiaciones, como muestra de que como el vino, mejora con los años.
   Por su parte, Salas también tiene motivos para festejar, pues además de mejorar el bronce obtenido en Moscú-2010, lo hizo luego de dos años de alejamiento oficial de los colchones, por una sanción disciplinaria.
   El punto negro para la mayor de las Antillas fue que no pudo sumar ni un solo punto en la modalidad grecorromana, y tampoco en la femenina.

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