Cuando se
anunciaron los participantes en la versión 2012-2013 del Grand Prix de ajedrez,
el cubano Leinier Domínguez era el número 18 entre los 21 convocados, según su
rating Elo.
Si a esto
sumamos que participaría por primera vez en este exigente torneo, que al
otorgar dos plazas para el Torneo de Candidatos al título mundial despertaría el
interés de varios de los mejores trebejistas del planeta, entonces se puede
evaluar mejor la importancia de su octavo lugar.
Acostumbrados
a ganar medallas en todo tipo de lides, a algunos pudiera parecerle poco quedar
en un octavo lugar, pero en el mundo de los trebejos, el elitista mundo de los
trebejos me atrevería a agregar, finalizar entre los ocho mejores en un
certamen acumulativo de este tipo es una muestra incuestionable de calidad.
En el
caso de Leinier, que en casi todas las lides partía entre los peor
preclasificados, se vio que la adaptación le costó, porque no estaba
acostumbrado a enfrentar tan seguido a oponentes tan buenos, y sus dos
incursiones en 2012 lógicamente no fueron buenas.
Sin
embargo, este año tuvo una actuación brillante en Salónica, y otra buena en
París, donde le cerró al italiano Fabiano Caruana, una de sus bestias negras
(tiene balance de una sola victoria contra tres derrotas, más varios empates), la
opción de obtener un cupo al Torneo de Candidatos al empatarle en la última
ronda, cuando el europeo necesitaba una victoria.
Su único
revés fue ante el israelí Boris Gelfand, un ajedrecista de vasta experiencia
que optó directamente por el cetro del mundo el pasado año, pero en todo el
certamen jugó de manera muy sólida, y su sexto puesto es buena muestra en una
lid donde nadie finalizó invicto.
Al
cambiar la nómina de la justa parisina a última hora bajó el Elo promedio, y
como consecuencia el sexto lugar le conlleva la pérdida de dos puntos en su
coeficiente personal, su otra batalla. No obstante, estas unidades las puede
recuperar antes del cierre del año con otra buena actuación, para seguir entre
los 15 primeros del planeta. Lo que sí pienso es que con su actuación se ganó
el derecho a ser invitado a futuras ediciones de los Grand Prix, y seguro no
desentonará.
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