De la peor manera, México respira todavía con la posibilidad de acudir al Mundial de fútbol de Brasil-2014, gracias a un triunfo agónico de Estados Unidos ante Panamá, que les devolvió al cuarto puesto de la hexagonal de Concacaf luego de estar a segundos de caer al quinto.
Hasta el minuto 90 Panamá derrotaba 2-
Así, sin haber hecho plenamente los deberes, el conjunto mexicano conserva una oportunidad de llegar al gigante suramericano, que pasa por derrotar a Nueva Zelanda en los duelos de repesca.
Sin embargo, el cuerpo técnico encabezado por Víctor Manuel Vucetich tiene un gran trabajo que hacer de aquí a los dos duelos por el cupo mundialista, previstos los días 13 (local) y 20 de noviembre (visitante). Si dejan a Vucetich con vida.
Lo peor del combinado azteca ha sido su
imagen, echada por tierra partido tras partido, quizás con la única excepción
del encuentro del pasado viernes contra los panameños, que dominaron pese a
sufrir hasta el final.
Pero bueno, todo eso ha quedado atrás, al
menos por el momento. Ahora la vista tiene que concentrarse en los
neocelandeses, que no son presa fácil ni mucho menos. Ya estuvieron en
Sudáfrica-2010, y allí lucieron muy bien, con un gran partido incluido contra
Italia.
Ahora más que nunca el Tri debe hacerse
invencible en el Coloso de Santa Úrsula, antiguamente inexpugnable para casi
todos los rivales, pero irrespetado más de una vez en esta eliminatoria. Claro,
para los oceánicos será esta su primera incursión en el estadio Azteca, y
deberán apretarse bien los pantalones para no dejarse impresionar, pero nadie
olvide que los partidos se ganan sobre el terreno, no por más empuje de la
afición local.
El duelo está planteado, y al menos desde
la nación latinoamericana todos rezan para poder seguir cantando a viva voz:
¡Sigo siendo el Rey!...aunque ya nadie se lo crea.
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