lunes, 30 de septiembre de 2013

Posibles mudanzas en el boxeo cubano

Por Lemay Padrón Oliveros


Lazarito podría mudarse.
Visto lo ocurrido en estos meses en torneos nacionales e internacionales, la escuadra cubana de boxeo al venidero Campeonato Mundial pudiera mostrar algunas mudanzas de peso, en aras de fortalecer algunas divisiones en las cuales los pugilistas previstos no han estado a la altura esperada.
Me refiero fundamentalmente a los 75 kilogramos, porque el subcampeón olímpico de Beijing-2008 (en los 69) Carlos Banteur, no convenció en esta categoría luego de su regreso tras una sanción disciplinaria. Derrotas en el tope ante los Guerreros de México y en el Cinturón de Oro de Rumanía arrojan demasiada incertidumbre sobre sus posibilidades de medalla.
La opción natural, la de Yasiel Despaigne, tampoco ha funcionado como se esperaba, pues no pudo coronarse en el Panamericano de Chile, y esto provocó que las miradas se centraran entonces en Ramón Luis, quien se alzó con el cetro en el certamen continental, pero en la división superior.
Luis brilló en casa en los 75, con varios triunfos sobre el subtitular estival de Beijing-2008 Emilio Correa, y ahora ratificó sus potencialidades en suelo chileno, pero no es lo mismo un torneo de este rango, que un Mundial; por tanto, los técnicos deberán hacer su apuesta en dependencia a lo analizado en el centro de entrenamiento del Wajay.
Otra mudanza posible es la de Lázaro Álvarez a los 60 kilos, porque al contrario de lo sucedido en 75, en 56 estamos sobregirados, con la presencia allí del monarca de Londres-2012 Robeisy Ramírez.
Ambos han estado muy bien en sus apariciones sobre el encerado, pero pensando como país, no resolvemos mucho con tener dos púgiles de tan alta calidad en un mismo peso, cuando tenemos otro sin tanta seguridad, como los 60. El veterano Iván Oñate ha llenado el hueco, pero no luce consistente como para aspirar al podio en la justa del orbe.
Por su mayor estatura, Lazarito parece el ideal para el ascenso, y así poder tener dos apuestas fuertes en el Mundial.
En este aspecto soy de la opinión que si se va a hacer el cambio, debe ser definitivo, para permitirle al pinareño hacer todo el cuatrienio entre los ligeros y no desgastarse por gusto en una confrontación capaz de mantener en vilo a la afición local, pero a la larga es más perjudicial que beneficiosa.

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