Lazarito podría mudarse. |
Me
refiero fundamentalmente a los 75 kilogramos , porque el subcampeón olímpico de
Beijing-2008 (en los 69) Carlos Banteur, no convenció en esta categoría luego
de su regreso tras una sanción disciplinaria. Derrotas en el tope ante los
Guerreros de México y en el Cinturón de Oro de Rumanía arrojan demasiada
incertidumbre sobre sus posibilidades de medalla.
La opción
natural, la de Yasiel Despaigne, tampoco ha funcionado como se esperaba, pues
no pudo coronarse en el Panamericano de Chile, y esto provocó que las miradas
se centraran entonces en Ramón Luis, quien se alzó con el cetro en el certamen
continental, pero en la división superior.
Luis
brilló en casa en los 75, con varios triunfos sobre el subtitular estival de
Beijing-2008 Emilio Correa, y ahora ratificó sus potencialidades en suelo
chileno, pero no es lo mismo un torneo de este rango, que un Mundial; por
tanto, los técnicos deberán hacer su apuesta en dependencia a lo analizado en
el centro de entrenamiento del Wajay.
Otra
mudanza posible es la de Lázaro Álvarez a los 60 kilos, porque al contrario de
lo sucedido en 75, en 56 estamos sobregirados, con la presencia allí del
monarca de Londres-2012 Robeisy Ramírez.
Ambos han
estado muy bien en sus apariciones sobre el encerado, pero pensando como país,
no resolvemos mucho con tener dos púgiles de tan alta calidad en un mismo peso,
cuando tenemos otro sin tanta seguridad, como los 60. El veterano Iván Oñate ha
llenado el hueco, pero no luce consistente como para aspirar al podio en la
justa del orbe.
Por su
mayor estatura, Lazarito parece el ideal para el ascenso, y así poder tener dos
apuestas fuertes en el Mundial.
En este
aspecto soy de la opinión que si se va a hacer el cambio, debe ser definitivo,
para permitirle al pinareño hacer todo el cuatrienio entre los ligeros y no
desgastarse por gusto en una confrontación capaz de mantener en vilo a la
afición local, pero a la larga es más perjudicial que beneficiosa.
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