Fidelidad

Por Lemay Padrón Oliveros

Ya sé que no estamos en tiempos de romanticismo. Sé también que el dinero es el que mueve casi todo en este mundo. Pero caramba, seguimos siendo seres humanos y el corazoncito nos late inexorablemente, sin importar credos, edades, razas, idiomas o países.

Pujols presentado con Los Angelinos.

   El multimillonario contrato firmado recientemente por el pelotero dominicano Albert Pujols con los Angelinos de Los Ángeles es otro golpe a la fidelidad, a los hombres-bandera, a los símbolos de un club.

   Acababa de ganar otro anillo con los Cardenales de San Luis y finalizaba otro millonario contrato, pero al menos yo no esperaba que se marchara del único equipo en el cual había jugado en las Grandes Ligas estadounidenses.

   Sospechoso me resultó que el último juego de la Serie Mundial jugado en San Luis su compatriota Nelson Cruz pidiera un aplauso para el tres veces nombrado Jugador Más Valioso de la Liga Nacional, como si ese fuera su última vez al bate con los pájaros rojos en su estadio.

   En efecto lo fue, pero entonces era yo quien estaba mal informado, pues muchos ya sabían que el mejor pelotero del planeta estaba por cerrarle la puerta a sus seguidores en San Luis, otro mandarriazo sobre los fanáticos del equipo luego de la retirada de su manager, Tony La Russa.

   De nada vale que según su esposa Diedre los Cardenales lo hubieran menospreciado con una oferta de cinco años al finalizar el Clásico de Otoño. No me lo creo. Si no cómo se explica que Cruz le pidiera la despedida tan temprano.

   Evidentemente en la mente del jonronero ya estaba cambiar de aires, y las sustanciosas ofertas recibidas desde Miami o Chicago eran también bastante tentadoras, igualmente capaces de convertirlo en el segundo pelotero mejor pagado en la historia del béisbol profesional.

UN FUTURO PROMISORIO

Disquisiciones románticas aparte, para el toletero de Quisqueya, de 31 años, la mudanza representa una ventaja no sólo económica, sino también deportiva.

   Al arribar a la Liga América enfrentará un pitcheo de menor calidad y además podrá acomodarse en la posición de bateador designado, inexistente en la Nacional.

   Esta misma campaña se perdió varios partidos por una lesión mientras defendía la primera base, y al parecer Pujols se ha propuesto hacer valer cada centavo puesto a su nombre en Los Ángeles, y para eso solamente hará lo que mejor sabe hacer: batear.

   Si con los Cardenales era el mejor toletero de la década, con los Angelinos pretende convertirse en el mejor de la historia. Toda una señal Divina, como quiere hacer ver ahora la esposa del jugador, envuelta en la más rampante ingenuidad.

   No obstante, probablemente en San Luis y otras latitudes no le perdonen el desaire; lástima que no estemos en tiempos de romanticismo y su figura de bronce no acompañará a las de Stan Musial y Bob Gibson en la entrada del Busch Stadium.