Por Lemay Padrón Oliveros
Mi socio El Yusti trabaja en uno de las decenas de tiendas del Bernabéu. No me extrañaría que en los próximos días me escribiera diciéndome que la venta de souvenirs ha bajado notablemente.
Sería lógico luego del 1-3 encajado este fin de semana contra el Barcelona, el golpe más duro de las filas blancas en esta campaña, al menos hasta que la Champions diga lo contrario.
Los aficionados merengues soñábamos con revertir este año el dominio del Barca, iniciado cuando el actual presidente madridista, Florentino Pérez, desbarató el Dream Team para vender más camisetas.
Los resultados de los encuentros hasta ahora así lo indicaban, con un Madrid brillante y goleador, incluso cuando ponía en juego a integrantes de su banca, pero nuevamente la estrategia del técnico José Mourinho fue insuficiente para festejar un triunfo sobre su más odiado plantel.
Personalmente no me gusta nada la presencia de Diarra por delante de Khedira en el mediocampo. Hubiera preferido regresar a la innovación de poner a Pepe como recuperador y completar la defensa con cualquier otro elemento, porque la batalla se perdió sobre todo en el centro del campo.
Ahora se dieron elementos novedosos: los máximos ganadores de Ligas de Campeones abrieron delante en el marcador apenas iniciado el choque y lograron terminarlo con sus 11 jugadores sobre la cancha, pero ni así pudieron doblegar a sus contrarios.
Vale aclarar que aunque no expulsaron a nadie eso no quiere decir que el juego de los anfitriones fue menos ríspido al de ocasiones anteriores, pues sufrieron cuatro tarjetas amarillas, y quizás el árbitro perdonó algunas faltas para no echarse encima a los aficionados locales.
También algunos aseguran que Lionel Messi debió ser expulsado antes de concluir la primera mitad, pero ese es otro partido.
La mejor noticia es que hay Liga para rato, pues como escribí anteriormente, si los capitalinos ganaban quedaba poco por disputar en la competición doméstica, por mucho calendario que restaba por cumplirse.
No obstante, las esperanzas han caído a sus niveles más bajos, porque si el mejor Real Madrid de los últimos años no fue capaz de ganarle al peor Barcelona del último quinquenio ni en el Bernabéu, no sé entonces cómo la Casa Blanca podrá detener el predominio catalán en el futuro cercano.
Hasta entonces, seguiré esperando por buenas noticias del Yusti.
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