Por Lemay Padrón Oliveros
Es normal cuando comienza un deporte, y más con las estrecheses económicas de Cuba, que no reciba el mismo apoyo de otros con más tradición y resultados.
No obstante, contra viento y marea las luchadoras cubanas han ido abriéndose paso, y apenas en su segunda incursión en un Campeonato Mundial rozaron las medallas con Catherine Videaux en Moscú-2010.
Desgraciadamente esa actuación no fue suficiente para que les dieran la oportunidad de competir en Estambul-2011, pero Guadalajara dio el aldabonazo necesario con la actuación perfecta de la propia Catherine y de su compatriota Lisset Echevarría.
Esas dos medallas valdrán mucho más que el oro que las recubre, y seguramente abrirán otras puertas, como se avizora ya con el anuncio de que además de ellas dos, otra muchacha irá en la búsqueda del boleto olímpico en marzo próximo.
Actualmente las chicas cuentan con matrícula en todas las Escuelas de Iniciación Deportiva (EIDE) y este año, en julio, tuvo lugar la primera competencia nacional de la categoría juvenil, en el marco de los Juegos Escolares, en los cuales participaron 95 niñas. En total, las EIDE acogen en estos momentos a 141 féminas en las distintas categorías hasta los 15 años de edad.
Como explica el nuevo entrenador jefe del colectivo femenino, Elio Carraway, se trata de la continuidad de un trabajo iniciado por su antecesor, Rodolfo Alfonso, ahora impulsado con el alegrón de los Panamericanos.
Las 16 muchachas de la preselección nacional están muy motivadas por lo sucedido en Guadalajara y ya nos planteamos los objetivos fundamentales del 2012: lograr los tres boletos a los Juegos Olímpicos, y en Londres obtener un puesto del tercero al quinto, y dos del quinto al décimo, explica Carraway.
Son planes ambiciosos, pero solamente así se logra avanzar en la vida y el deporte, ya lo dice la vieja sentencia: el dinero no cae del cielo, hay que ganárselo.
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