Llegó con la frescura del advenedizo que lo quiere conquistar todo, y el ansia de brillar a toda costa le fue abriendo espacios. Llegaba de una provincia de poca tradición en el boxeo, pero de todas maneras Andy Cruz sabía que lo suyo estaba entre las 12 cuerdas.
Tampoco
le amilanó que en su división estuviera nada menos que el vigente campeón
olímpico, Robeisy Ramírez, a quien siempre admiró. Quizás no pensó que las
oportunidades le llegarían tan rápido, pero lo cierto es que las ha sabido
aprovechar todas de manera impecable.
El pasado
año combatió una vez en la Serie Mundial
y ganó, y la presente parecía que también estarían condenado a la suplencia,
pero de pronto se le abrieron los cielos, y el púgil yumurino fue a su asalto
con el atrevimiento propio de quienes no tienen nada que perder y sí mucho que
ganar.
Y ganar
es lo que hecho, presentación tras presentación, dondequiera que va. No importa
que los pronósticos le den desventaja, él no cree en nadie y confía en los
conocimientos adquiridos en la
Escuela del Wajay, forja de los más grandes peleadores del
mundo aficionado.
Por esa
razón se mantiene invicto y archiva excelentes resultados en la Serie (no boxeó en la final
porque era el encargado de encarar el pleito extra que nunca se celebró),
además de los títulos en los Panamericanos de Toronto y el premundial de
Venezuela.
De esa
manera, le ha sido imposible al titular estival de Londres-2012 recuperar su
puesto en la nómina caribeña, y parece que Andy no está dispuesto tampoco a
cederlo a quien considera su amigo, según confesó a este redactor meses atrás.
Las cosas se complicarán más aún para el cienfueguero si el matancero alcanza
en octubre en la cita del orbe de Doha el cupo para los Juegos Olímpicos de Río
de Janeiro-2016, porque todavía en el boxeo estas clasificaciones son de manera
nominal y no se puede cambiar al púgil que la logra.
Andy Cruz
sigue empecinado en mantenerse como el dueño de los pesos pluma, y en Qatar
tratará de decirlo más alto y claro, por si todavía alguien no lo ha escuchado.
2 comentarios:
Guajiro, no dudo que Andy es tremendo boxeador, pero le puede dar gracias a Dios por tener un contrincante de división tan comem... como indisciplinado. Al muchachito de la Ciudad Nuclear se le han ido los humos para la cabeza, eso es al menos lo que dejan entrever las opiniones de sus entrenadores, pero en predios cercanos a su círculo se habla de que la han tomado con el muchacho y lo están castigando al extremo. Para resolver problemas de conducta esos antídotos son buenos, pero ojo, que llevados al límite pueden convertirse en un boomerang y perdemos a un campeón olímpico. Eso no se puede olvidar, y me parece que lo están pasando por alto con excesiva frecuencia. Un saludo.
Estamos de acuerdo, creo que mucho del ascenso de Andy tiene que ver con los problemas disciplinarios de Robeisy. Es una lástima, porque es un gran boxeador y demasiado joven como para echar por tierra una carrera prometedora. Eso le ha costado que le hayan virado la tortilla, como se dice popularmente, y ahora sea él quien tenga que ganarse el puesto.
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