La cuarta casilla ocupada por nuestra selección masculina de voleibol en el Mundial sub-23 celebrado en Emiratos Árabes Unidos no puede ser considerada sino como una buena ubicación, tomando en cuenta el nivel actual de esta disciplina en Cuba.
Comentamos
previamente que llegar a semifinales era un muy buen resultado para estos
chicos, que han “quemado” etapas al ocupar roles protagónicos en nuestra
selección mayor.
Frente
a jugadores de su edad demostraron la calidad que poseen al pasar invictos por
la fase de grupos, donde obtuvieron importantes victorias ante Irán e Italia, países
con un trabajo integral más sostenido en los últimos años.
En
especial, aquel triunfo ante los europeos en cinco sets, luego de perder los
dos primeros, marcó el momento más espectacular de nuestros jugadores, que al
día siguiente fueron sorprendidos 3-0 por Turquía, segundo del otro grupo.
Solamente el último parcial enseñó el potencial de estos muchachos, que a lo
mejor salieron con excesiva confianza a afrontar una semifinal mundialista.
Este
lunes, en la discusión del bronce, los italianos tomaron venganza y vencieron
3-1, pero de cualquier manera esas dos últimas derrotas no deben empañar lo
logrado antes.
Los
pupilos de Rodolfo Sánchez enfrentaron en la justa a varios planteles con
voleibolistas ya establecidos en respetadas Ligas profesionales, y dieron la
cara para firmar el mejor resultado del voleibol cubano en toda la campaña, si
analizamos de conjunto todas las categorías en ambos sexos.
Muy
positivo fue también mantener a Sánchez con jugadores que ha traído desde
categorías inferiores con buenos resultados, y ahora trata de conjugarlos con
los de más edad que se mantienen en el conjunto elite, porque no es lo mismo
guiarlos en los entrenamientos, ahora eran desafíos oficiales y con bastante
presión sobre sus hombros.
Si
a esto se suma el protagonismo de varios de nuestros voleibolistas se completa
un panorama alentador, pues Osmany Uriarte fue segundo máximo anotador y
tercero en recibo, Abrahan Alfonso séptimo en ataque y décimo en saque, Ricardo
Calvo tercer pasador y séptimo bloqueador y el líbero Yonder García segundo en
defensa de campo y cuarto en recibo.
Una
vez más se demuestra el potencial del voleibol cubano, falta que estos
muchachos puedan culminar su desarrollo en Cuba, y luego regalarnos sus mejores
años sin marcharse definitivamente a otras geografías.
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