Por Lemay
Padrón Oliveros
Casi
perfecta fue la actuación de Cuba en el torneo premundial de boxeo concluido
este fin de semana en Venezuela, donde se conquistaron siete de las 10 coronas
en disputa, con apenas tres reveses en 30 combates.
Solamente
no pudieron levantar el brazo el último día nuestros tres vigentes medallistas
mundiales: Yosbany Veitía (49 kilogramos), Lázaro Álvarez (60) y Julio
César La Cruz
(81).
La mejor
noticia fue la victoria del jovencito Joahnys Argilagos contra el mexicano
Joselito Velásquez, en un cerrado pleito que pudo haberse inclinado para
cualquier bando, pero lo que pudo parecer un buen presagio, fue más bien un
mensaje de los organizadores: aprovechen ahora, que cuando les toque contra los
venezolanos no va a ser así.
Efectivamente,
las peleas de La Cruz
y Veitía ante Albert Ramírez y Yoel Finol, respectivamente, si bien no
contaron con el brillo de otras veces, pudieron haber quedado en bando cubano.
Ninguno de los dos estuvo agresivo, pero sus rivales tampoco mostraron
demasiado y aprovecharon más que nada el fervor de las gradas.
Más justicia
vi en la derrota de Álvarez ante el brasileño Robson Conceicao, que sí
lo buscó todo el tiempo y conectó varios golpes efectivos, algo bastante
inusual cuando el pinareño está sobre el encerado.
La única
pelea que me quedé con ganas de apreciar fue la revancha de Yasniel Toledo ante
el canadiense Arthur Biyarslanov, quien le superó de
manera polémica en los Panamericanos de Toronto-2015, pero el norteño no se
presentó en la semifinal para no arriesgarse tras sufrir una leve herida en su
pleito anterior.
Digo que
me quedé con ganas, porque estoy seguro de que donde único ganaba aquella batalla
era en su tierra. Es poco probable que se vean las caras en la justa del orbe,
así que esta revancha no debemos verla sino hasta el próximo año, por lo menos.
En el
balance general, se cumplió el objetivo de obtener todos los boletos al Mundial
de Doha, pero han sido unos cuantos los reveses encajados por nuestros púgiles
desde la final de la V Serie
Mundial hasta ahora, y aunque el arbitraje ha jugado su papel en algunos de
ellos, es algo a mejorar para la venidera justa del orbe.
Por
suerte será en Qatar, donde no hay muchos boxeadores de calidad, pero pelear
contra las gradas debe ser siempre una asignatura fija en cualquier deporte
donde la apreciación de terceros pueda decidir.
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