Por Lemay
Padrón Oliveros
Cuando
defendía el campo corto en Series Nacionales y Selectivas algunos lances se le
hacían bien difíciles, pero la mayoría terminaban en su guante, y luego en un
electrizante out en primera o en segunda, en combinación con el excepcional
Antonio Pacheco.
Sin
embargo, este año el extorpedero Evenecer Godínez tiene ante sí un trabajo
hercúleo: regresar a Santiago de Cuba a la postemporada de la pelota cubana,
con un equipo incluso más debilitado que el que fue incapaz de lograr tal
empeño en las dos Series anteriores.
Se trata
de uno de los equipos históricos de la pelota cubana, de esos cuyas aficiones
se sacian solamente con el título, y quedar eliminados de la batalla por él tan
temprano es considerado un soberano fracaso.
La tropa
indómita, no obstante, no es la misma de sus años de esplendor. Por primera vez
se sumaron al lógico recambio generacional las deserciones y las
desmotivaciones, y esto acabó con un plantel que parecía encaminado a mantener
la tradición ganadora del territorio tras coronarse en la Serie 47.
No
obstante, por las razones mencionadas la base de esa novena no está en acción,
y el relevo no ha estado listo con la premura necesaria para una nómina de
tanta historia.
Las bajas
para esta campaña del torpedero Luis Miguel Navas, el receptor Rolando Meriño y
el lanzador Osmel Cintra, acogidos al retiro, más la casi definitiva del
camarero Héctor Olivera por su extraña lesión, dejan a Santiago muy maltrecho
para intentar el regreso a planos estelares.
Todo el
respeto del mundo para Reutilio Hurtado, quien pese a su veteranía, y al
estigma que le vetó de integrar el equipo Cuba, se mantiene contra viento y
marea en esa ansia sin límite de darle gloria a su terruño, dejando el pellejo
en cada juego y sin esperar mayores recompensas.
Pero
Santiago necesitará mucho más para incluirse entre los ocho finalistas. Tanto
Alexei Bell como Edilse Silva deben echarse al equipo al hombro en cuestiones
ofensivas, y algo similar deben hacer desde la lomita Danny Betancourt y
Alberto Bicet. En ese último aspecto será crucial el aporte de los jóvenes
Alain Delá, Yaumier Sánchez y Denis Alá, todos con condiciones para imponerse
en esta pelota.
Godínez
no podrá hacer magia con su guante, y quizás tampoco desde el puente de mando:
necesita que cada cual aporte lo suyo, y solo así Santiago volverá a ser
Santiago.
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