El acceso
gratuito a las instalaciones deportivas fue algo que distinguió siempre al
deporte cubano de sus pares en todo el mundo, donde a veces el precio de las
entradas se hace inaccesible para buena parte de los fanáticos.
Las
estrecheses económicas tuvieron un gran impacto en el deterioro de los
recintos, y se hizo necesario buscar fondos para su mantenimiento, con lo cual
se introdujo en Cuba el costo de las entradas, todavía a un precio más bien
simbólico en comparación con cualquier otro lugar del planeta.
Sin
embargo, para la actual Serie Nacional de Béisbol se ha propuesto elevar a
cinco pesos el importe de la entrada, y aquí tenemos varios desacuerdos.
En primer
lugar, la justificación principal que se da es que ese fondo servirá para
estimular a los peloteros. En mi modesta opinión, ese impulso económico no debe
venir del bolsillo del pueblo, como no viene tampoco de ahí la estimulación
económica en moneda nacional y en divisas en la gran mayoría de los sectores
laborales.
Para esto
hay muchísimas vías, desde el patrocinio de los equipos por empresas locales,
como se hace extraoficialmente en muchas provincias, hasta darle al pelotero un
por ciento por la venta de sus camisetas, afiches, tarjetas y todo tipo de
materiales confeccionados alrededor de su imagen.
Además,
cinco pesos para un trabajador medio es un monto considerable. Tomemos en
cuenta que el salario promedio de Cuba ronda los 350 pesos si se incluye a
todos los jubilados (y creo que estoy poniendo de más).
Un
fanático va como norma unas 10 veces al estadio en un mes, y si eso ahora
representa 10 pesos, para la venidera campaña serían 50, cerca del 15 por
ciento de su salario. Eso sin contar lo que podría erogar en transporte y luego
en consumir productos alimenticios en la instalación, porque el béisbol es un
deporte de larga duración y nadie aguanta tres horas sin probar bocado.
Pudiera
decirse que los jubilados, los más afectados con la medida, representan un bajo
porcentaje en el total de asistentes, pero esto no es verdad. En Cuba la
mayoría de los juegos se celebran en horario laboral, y esto limita el acceso
del pueblo trabajador. Una buena idea hubiera sido dejar en un peso el costo
del acceso a las gradas de sol, poner en tres la parte techada, y en cinco los
palcos, para estar más acorde con el principio de calidad-precio.
Además,
tampoco hemos tomado en cuenta que muchas veces el aficionado acude con más
familiares, y esto multiplicaría toda la inversión para disfrutar de un juego
de pelota.
Los
apologéticos dirán que mucho más cuesta ir a un concierto. Es verdad, pero al
concierto de un artista determinado se va una o dos veces al año, mientras que
a estos “artistas” se les disfruta durante meses. Tampoco se puede comparar el
aforo ni las comodidades de un teatro con las del estadio, donde se vive un
verdadero fenómeno de pueblo.
El cubano
de a pie sabe lo que representa eso para su bolsillo, y no porque uno pueda
entrar al estadio sin pagar debe olvidarse de ello.
2 comentarios:
Estoy en desacuerdo con usted. Pienso que si se quiere lograr un verdadero espectaculo se debe cobrar las entradas. No pienso que los patrocinios sean suficientes(aparte que prefiero pagar cinco pesos antes que ver el uniforme de Santiago promocionando a Bucanero) para no solo pagarle mejor a los peloteros sino tambien mantener los estadios en condiciones. No tiene nada de malo pagar por ver un espectaculo. Si pago la entrada es porque voy a ver algo de calidad. Debemos quitarnos esa maldita mentalidad que el estado lo debe de pagar todo.
En ningún momento dije que la entrada debe ser gratis, sino acorde a la posición donde usted se ubica, como en todo el mundo.
Yo no creo que subiendo el precio se gane en realidad, porque mucha gente dejará de ir o irá menos, a la larga creo que se pierde más de lo que se gana.
Incluso con el incremento, no creo que eso influya notablemente en el pago a los peloteros. También habría que ver cómo se maneja eso.
A lo mejor en el Latino se recoge más porque es más grande, eso quiere decir que los de Industriales deben cobrar más que los demás?
Los patrocinios no necesariamente incluyen la prooición en los uniformes, hay otras maneras de hacerse. En Estados Unidos, por ejemplo, ningún equipo profesional tiene publicidad en sus uniformes, todo depende de cómo se acuerde.
Publicar un comentario