A los cubanos nos duele, porque en cierta medida su entrada al programa olímpico fue a costa del béisbol, pero la realidad es que el golf regresará en los Juegos de Río de Janeiro-2016 y Cuba debe empezar a trabajar en el fomento de esta disciplina.
Las inconformidades con la elitista modalidad tienen algo de razón, pero si la Federación Internacional de Béisbol (IBAF) fuera una entidad con mayor personalidad a la pelota no la hubieran sacado del programa olímpico; se plegaron a los intereses de las Grandes Ligas, y como a ellos no les interesan los Juegos Olímpicos, ahora quedó como torneo más importante el Clásico Mundial.
Volviendo al golf, Cuba tenía varios campos hasta la década del 50 del siglo pasado, pero hoy en día solamente dos cuentan con condiciones para realizar torneos oficiales: el del Club de Golf de Varadero y el de Capdevila, en la capital cubana.
El alto costo de esta disciplina (se dice que para confeccionar cada hoyo se necesitan entre medio millón y un millón de dólares, según su complejidad, y lo mínimo son nueve) provoca que actualmente en la mayor de las Antillas solamente lo practiquen los turistas, el personal diplomático y trabajadores de las instalaciones hoteleras.
Por eso cuando se consulta a cualquier especialista todos coinciden en que para tener al menos una verdadera preselección nacional harán falta varios años.
El Comité Olímpico Cubano autorizó la creación de la Federación nacional de golf, pero como la del también “olímpico” rugby, los avances vienen siendo demasiado lentos.
De entrada se necesitan más campos, aunque no todos tengan el máximo nivel, como ocurre con los terrenos de fútbol o béisbol; de momento lo más importante es que se conozca, se practique y se compita.
Ejemplos sobran de lo que son capaces de hacer los deportistas cubanos en paupérrimas condiciones de entrenamiento, pero sin un escenario con el mínimo de requerimientos esto queda en el aire. También, a diferencia de otras modalidades, con el golf se empezará prácticamente de cero por el desconocimiento del gran público, pero como dice un viejo proverbio chino: el viaje más largo comienza con el primer paso. Demos ese paso de una vez, y entonces podremos aspirar a correr algún día.
Ejemplos sobran de lo que son capaces de hacer los deportistas cubanos en paupérrimas condiciones de entrenamiento, pero sin un escenario con el mínimo de requerimientos esto queda en el aire. También, a diferencia de otras modalidades, con el golf se empezará prácticamente de cero por el desconocimiento del gran público, pero como dice un viejo proverbio chino: el viaje más largo comienza con el primer paso. Demos ese paso de una vez, y entonces podremos aspirar a correr algún día.