Por Lemay Padrón Oliveros
Dos importantes compromisos asumirá al unísono el fútbol cubano el
próximo mes: los Juegos Centroamericanos y del Caribe de Veracruz-2014 y
la final de la Copa del Caribe.
Como en pocas ocasiones, la selección sub-21 luce más fuerte en aras
de lograr el objetivo de colarse entre los cuatro grandes de los
Juegos, más modesto que el de la absoluta, por la condición de esta
última de vigente monarca caribeña.
Al ser la poseedora del título, la cubana es la escuadra a batir
en la Copa, donde tratará de repetir la corona para acceder a la Copa
América Centenario, un certamen atípico en el cual concursarán además de
las 10 naciones de Suramérica, seis de la Concacaf. Ya tres boletos
están seguros en poder de Estados Unidos, México y Costa Rica, pero Cuba
aspira a incorporarse a ese grupo, lo cual provocaría un momento
histórico al ver al combinado caribeño fajado de tú por tú con Brasil,
Argentina, Uruguay, Colombia o Chile, ¿se imaginan?
Pero desgraciadamente Cuba debe dividir sus fuerzas, y habrá que
ver cómo esto repercute en las actuaciones de nuestros equipos. Varios
de la sub-21 pudieran vestir la casaca absoluta, debilitada además por
los tres refuerzos mayores que aporta al plantel olímpico. Aquí, que los
buenos futbolistas no están sobrando, es una lástima que no podamos
poner toda la carne en el asador en la Copa, el compromiso más
importante, porque también oferta las plazas para la venidera Copa de
Oro.
Muy productiva fue la gira de la sub-21 por Centroamérica, con
balance de un triunfo, un empate y un revés, ante El Salvador los dos
primeros y Honduras el último. Diferente ha sido el panorama para la
mayor, que no tiene ofertas y se ha visto obligada jugar contra elencos
nacionales, y ni siquiera de la Primera División.
El tope ante rivales de consideración es el mejor termómetro para
saber a qué podemos aspirar, pero no es una realidad nueva para el
fútbol cubano, y así mismo han sabido imponerse a lo largo de la
historia. Sin embargo, esta vez el hecho de no poder contar con todo lo
que más vale y brilla del momento hace más ardua la faena.
Se habló de que la sub-21 partiría a inicios de noviembre hacia
México para realizar una base de preparación inmediatamente antes de los
Juegos, y eso es otro elemento para seguir pensando en una buena
actuación, más aún después de la retirada de Colombia.
No obstante, el nivel de los Juegos debe ser superior al de la
Copa del Caribe, independientemente de cuáles sean los refuerzos
escogidos por los onces clasificados, por eso es toda una incógnita que
puede hacer Cuba allí, a pesar de las buenas impresiones dejadas en los
últimos meses.
Ojalá los dos conjuntos logren sus objetivos, para sacar con nota
sobresaliente este duro examen a que ha sido sometido el fútbol cubano.
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