Los
equipos Grandes lo demuestran sobre el terreno, escenario ideal para justificar
eso que algunos llaman historia, otros el peso de la camiseta, pero en
definitiva es un aura ganadora capaz de blindarlos en situaciones límite.
Jamás en
la historia de las postemporadas occidentales un equipo fue capaz de ganar el
séptimo y último choque luego de haber perdido el sexto. Esto solo lo pueden
hacer los Grandes, e Industriales una vez más demostró porqué esta en ese
reducido grupo de elegidos.
No por
gusto los citadinos solamente han cedido en este tipo de partidos contra el
resto de los Grandes: Pinar del Río, Santiago de Cuba y Villa Clara, y una
peregrina vez contra Sancti Spíritus, novena a la cual le tomaron la bajita
desde entonces al igual que a los villaclareños.
Ante un
Matanzas crecido ante su público, donde son casi invencibles, y con su mejor
lanzador en la lomita, los capitalinos se burlaron de todo eso para ratificar
su favoritismo, puesto en duda por la tenaz resistencia de estos Cocodrilos
explosivos.
Afortunadamente
para Lázaro Vargas, las desacertadas decisiones del quinto y sexto partidos en
cuanto al movimiento de sus lanzadores no le pasaron factura, porque Antonio
Romero le sacó las castañas del fuego con una actuación soberbia.
Muy bien
me pareció el cambio de Yoandry Urgellés por Yasmany Tomás pese a significar
poco a la postre, pero debió ser desde la conformación del line up para poder contar
con el jovencito como emergente si el juego lo necesitaba.
Para los
Azules fue vital la esperada recuperación de su tanda alta, por debajo en la
subserie contra Cienfuegos. Serguei Pérez era el candidato ideal a la banca,
pero se sacudió en los últimos partidos y terminó bateando a sus anchas el
pitcheo yumurino. Si Alexander Malleta mejora, serán muy difíciles de batir en
la lucha por el cetro.
En
cambio, a Víctor Mesa no le funcionaron en este play off sus estratagemas
(bate partido, demora para permitir calentar al pitcher, seguir para home
en una jugada de doble play), ni siquiera pedir consejos al profesor Manuel
Calviño o recabar el apoyo de las provincias de donde sacó gente, que es casi
como decir de toda Cuba.
Sus
muchachos jugaron mejor cuando se les dejó sueltos, y así extendieron hasta el
máximo su presencia en la postemporada, histórica ya para ellos. Perdieron ante
un Grande en siete juegos, y eso tiene muchísimo mérito, más aún para unos
debutantes en estos trajines, aunque tengan la magia de su mentor.
En par de
días arrancará la finalísima, y con ella veremos el duelo más esperado del año:
el de Odrisamer Despaigne contra Vladimir García, a ver cuál de los dos
extiende su invicto de varios meses.
2 comentarios:
oye so guajiro esos mismo matanceros sin VMesa no hubieran pasado del 16 puesto. jjejeje un abrazo Lemay del mulato de La PAlma y el Cerro
Lo único que te faltó poner fue capitalino arrepentío.
Me molestó cantidad que cuando entrevistaron a varios expeloteros de Matanzas decían que el mérito era de los jugadores. No sé si habrán tenido problemas con Víctor, pero hay que ser ciego para no darse cuenta que con estos mismos peloteros, y hasta mejores, nadie había podido ni siquiera llevarlos a los play offs.
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