viernes, 25 de mayo de 2012

Montpellier, el Patito feo que hizo historia en Francia


Por Lemay Padrón Oliveros

El domingo 20 de mayo pasará irremediablemente a la historia de la ciudad de Montpellier como uno de los días más felices en la esfera deportiva, cuando toda la urbe se tiñó de azul y naranja, los colores de su equipo de fútbol.
   En esa jornada dominical, la última de la campaña 2011-2012 de la Liga francesa, el once montpellerino consiguió el primer título en sus casi 40 años de refundado (93 en total), y contra todo pronóstico, pues recién habían ascendido a la máxima categoría en 2009.
   Hasta este mes el palmarés del conjunto perteneciente al departamento de Hérault se reducía a una Copa Intertoto, una Copa de Francia y un primer puesto en la segunda división, el más reciente de ellos en la extinta Intertoto, hace más de una década, y acumulaba más derrotas que victorias en Primera.
   Lo cierto es que la coronación de este modesto club (lugar 13 en presupuesto entre los 20 integrantes de la competición elite) es una bocanada de aire fresco en la Ligue 1, que ya el pasado año vio otra coronación inesperada, la del Lille.
   En esta ocasión la mayoría de las miradas estaban puestas en el París Saint Germain, que a golpe de billetera armó un conjunto de lujo, capaz de dominar la primera mitad del campeonato. Para que se tenga una idea, el presupuesto total de los campeones (33 millones de euros) ni siquiera cubre el importe del traspaso de Javier Pastore al PSG.
   Sin embargo, su presencia en otras competencias le fue restando fuelle al conjunto parisino, mientras los montpellerinos solamente jugaban la Liga, y no dejaban resquicios. Baste decir que en la segunda vuelta ganaron 14 partidos, con solamente tres empates y dos derrotas, mientras los citadinos perdían tres choques más.

CLAVES DEL TRIUNFO
  
El referente ofensivo de los campeones fue Olivier Giroud.
Especialmente efectivos estuvieron a domicilio, donde se impusieron en 16 de sus 19 topes, con dos igualadas y apenas un descalabro, y además constituyeron la defensa menos goleada, con únicamente 34 tantos encajados. En vano sus escoltas esperaron por un derrumbe.
   En el éxito vale destacar también los fichajes de pretemporada, especialmente el del delantero Olivier Giroud, quien arribó por solamente dos millones de euros procedente del Tours (Segunda División)  y cerró como máximo goleador del campeonato. El espigado zurdo de 1.92 metros de estatura firmó 21 de los 68 tantos del equipo.
   Otro acierto del técnico René Girard fue el protagonismo permitido al canterano de origen marroquí Younès Belhanda, quien se trasformó en imprescindible y finalizó como uno de los mejores jugadores de la Liga.
   La locura por el triunfo fue tanta que el presidente del club, Louis “Loulou” Nicollin, de 68 años y 38 de ellos como dueño del Montpellier desde su refundación, cumplió su promesa de hacerse una cresta con los colores del plantel si lograban el sueño de ganar su primera Ligue 1.
   Pero Nicollin, todo un personaje, hizo otra promesa que el frío le impidió cumplir, de momento: atravesar desnudo la plaza de la Comédie, donde la afición festeja los éxitos del equipo del Hérault.
   Espectacular cierre para una temporada que vio al Patito feo convertirse en cisne ante el asombro de todos.

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