Por Lemay Padrón Oliveros
Vimos un
adelanto cuando Las Tunas visitó el Latinoamericano en pos de una victoria para
asegurar su clasificación y no lo hizo hasta que Industriales, conseguidas ya
todas sus metas, aflojó el pulso.
Parecía
que enderezaban el rumbo luego de obtener las dos primeras victorias en el
Julio Antonio Mella, pero fue solo un espejismo, de ahí en adelante los tuneros
fueron una sombra de sí mismos, y el único juego que ganaron fue inmerecido,
gracias a tres carreras sucias propiciadas por un error del rival.
Sin bateo
es muy difícil ganar y desde el tercer desafío la ofensiva tunera fue limitada
a la mínima expresión, al punto que Danel Castro debió salir lesionado, y así y
todo finalizó como el mejor toletero del plantel.
Además de
batear poco, la oportunidad estuvo casi en cero. Sin un banco profundo, el
manager Juan Miguel Gordo esperó todo el tiempo por una reacción que nunca
llegó. En definitiva los Trigres fueron quienes les cayeron a leña a los Leñadores.
Bastaba
mirar las bancas de uno y otro equipo para saber quién estaba más cerca de la
victoria. Es cierto que con congas no se obtienen los triunfos, pero el ánimo
influye en demasía cuando se trata de un desafío de todo o nada.
En la
esquina opuesta todos son elogios para un Ciego de Ávila que volvió a remontar
por segundo año consecutivo una eliminatoria donde estaba debajo 1-3, en este
caso con el plus de que por primera vez en la historia este viraje se completa
como visitante, pues en las cuatro anteriores ocasiones el protagonista
finalizaba los dos últimos juegos en su patio.
Las
palmas para Roger Machado, que esta vez no se desesperó echando mano a Vladimir
García sabiendo que necesitaba tres triunfos y no uno solo, en muestra quizás
de madurez en el manejo del pitcheo, pues el año pasado fue abusiva su labor
con el Cañón de la Trocha.
En lo
personal merece todo el reconocimiento del mundo el lanzador Yander Guevara,
protagonista de dos actuaciones de lujo, aunque en la primera haya perdido por
un costosísimo error. Supo echarse el equipo en hombros cuando no podían
depender de su mejor serpentinero, razón fundamental por la cual dimos como
favorito a Las Tunas en este play off.
No
obstante, para los tuneros esta es la comprobación de que pueden hacer mucho
más, y con su pimentoso mentor al mando lograr mayores metas en la Serie venidera, porque
verdaderamente los convirtió en una novena competitiva, capaz de jugar no
solamente al batazo.
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