sábado, 7 de abril de 2012

Messi no tiene comparación

Por Lemay Padrón Oliveros

Que este mundo está lleno de pillos eso muy pocos lo dudan. Gente interesada en aprovechar cualquier resquicio para hacerse el “vivo” y vivir del “bobo”. Por algún tiempo se pensó que la mayoría de los despiertos vivían en el Primer Mundo, pero parece que en la tercermundista Camerún hay personas enfrascadas en echar por tierra ese criterio.
Este es el otro Messi.
La disquisición viene por una noticia que dio la vuelta al mundo la pasada semana, sobre la contratación de un tal Lionel Messi en las filas del club Angers, perteneciente a la segunda división de Francia.
Por supuesto, no se trata del genio argentino, sino de un chico camerunés, incorporado recientemente a las divisiones inferiores del conjunto galo, como parte de una camada de 12 jugadores nacidos en Camerún entre los años 1995 y 1996.
El Messi africano, de solamente 16 años, juega actualmente en el Toulouse-Fontaines, un club amateur fundado por un cura el año 1932, y será probado en el Angers.
Ahora bien, ¿se trata de una viveza africana o de quien lo contrata? En Camerún existe un poblado llamado Akam-Messi, pero este chico no nació allí, así que por ahí no pudiera explicarse lo del nombre. Tampoco puede haber sido bautizado así en 1995 tendiendo como referente al Messi auténtico porque en ese momento era un absoluto desconocido de apenas ocho añitos y todavía el poderoso Barcelona no había apostado por él.
Yo me inclino más por una estrategia del Angers, cuyos teléfonos no han dejado de sonar desde la salida de la noticia. Como consecuencia, el club debió presentar al muchacho ante los medios, deseosos de ponerle cara a la información. Además, para el plantel las ganancias de taquilla están garantizadas durante lo que resta de temporada, pues solamente por curiosidad muchos irán a ver qué tiene este futbolista en sus botines.
Evidentemente, alguien sale ganando con esta situación.
Lionel Messi Nyamsi, nombre completo de la nueva “promesa”, quizás está ajeno a todo, pero yo cada día creo menos en las casualidades, y como una partida de nacimiento en el Tercer Mundo la falsifica cualquiera, veo demasiada turbulencia en este revuelo. Tiempo al tiempo.

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