Por Lemay Padrón Oliveros
Guadalajara.- Las temperaturas aquí han bajado, sobre todo en las mañanas y las noches, pero el calor de su gente se mantiene igual, para seguir siendo hoy el símbolo de los XVI Juegos Panamericanos de Guadalajara-2011.
Da lo mismo si caminas por la calle, montas un autobús, un taxi o hasta una calandria, como le llaman aquí a los coches de caballos, siempre vas a sentir la mano solidaria, presta a brindarte cualquier información con una sonrisa.
La familia panamericana no ha dado la espalda a estas muestras de cariño y ofreció ropa deportiva para los damnificados por el huracán Jova, que se recoge directamente en la Villa de los atletas.
Como siempre, lo más visible para los efectivos de la prensa extranjera son los voluntarios, solícitos y colaboradores.
Un ejemplo notable ocurrió en el gimnasio del Complejo Olímpico Deportivo Estatal (CODE) II, donde ante el reclamo de los periodistas la zona mixta, concebida para entrevistar a los atletas, se trasladó al interior del recinto.
Inicialmente estaba fuera y era muy complicado porque los deportistas debían ser requeridos luego de pasar incluso por los exámenes de dopaje, muestra de la inexperiencia de quienes concibieron el proyecto.
Sin embargo, una vez iniciadas las competencias iniciales de taekwondo miembros de la prensa hicimos la reclamación y encontramos oídos receptivos: hoy se trabaja como en las grandes competencias internacionales, al pie del gimnasio.
Volviendo a las calles, este reportero ha intercambiado como personas de diferentes edades, como el taxista Armando y el jubilado Braulio, y desde sus particulares perspectivas resalta el amor y el respeto a Cuba.
Braulio pudo visitar la Isla hace ocho años y quedó prendado de ella, pero sobre todo de su gente.
El quizás no lo sabía, pero nosotros experimentamos lo mismo con Guadalajara, aunque el frío perceptible solamente para criaturas tropicales como nosotros nos cale los huesos.
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