viernes, 21 de octubre de 2011

Paréntesis panamericano


Por Lemay Padrón Oliveros

Guadalajara.- Hoy mi hija Jade cumple su primer año de vida y no estaré ahí para celebrarlo, sino a más de dos mil kilómetros de distancia, en la cobertura de los XVI Juegos Panamericanos de Guadalajara-2011.
Siempre pensé que eso me sucedería con Liz, la mayor, nacida el 30 de agosto de 2006, porque es una fecha más común para celebrar grandes eventos deportivos.
Sin embargo, me ocurre ahora y no es un momento cualquiera, porque el primer año de vida es el de los primeros pasos y las primeras palabras.
Por estos días me cuentan que se ha soltado a hablar y ha caminado hasta con zapatos puestos, pero para ver eso todavía me falta más de una semana, por más que el corazón se me apriete pidiendo volar a La Habana.
Han sido estas las primeras noches seguidas durmiendo sin interrupción, pero lejos de festejar hubiera preferido el ligero desvelo de unas pataditas nocturnas, o la preocupación de no apachurrarla con un movimiento brusco en la cama.
Nada de eso ha podido pasar aquí, pero ni siquiera por eso he podido sustraerme hoy a la tentación de viajar estos dos mil 180 kilómetros, olvidar por un momento los Panamericanos y llegar hasta mi niña, besarla y decirle: ¡Feliz cumpleaños! No importa si no me comprende.

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