martes, 28 de junio de 2011

Los primeros Panamericanos

Por Lemay Padrón Oliveros

Los Juegos Panamericanos nacieron hace más de 60 años, exactamente el 25 de febrero de 1951 si a competición deportiva nos referimos, pero como toda idea nueva, tuvo que madurar anteriormente durante varios años.
La fiesta deportiva y de amistad que convoca a los atletas provenientes de los países de las Américas tuvo su origen más de dos décadas antes.
Durante el Congreso Olímpico de 1924 en París, Francia, los miembros del Comité Olímpico Internacional provenientes de Cuba, Guatemala y México propusieron que se establecieran juegos regionales, lo cual desembocó en los Juegos Centroamericanos.
Años más tarde, durante los Juegos Olímpicos de 1932 en Los Ángeles, Estados Unidos, algunos de los representantes latinoamericanos propusieron que se celebraran juegos regionales para todas las Américas.
Esta propuesta finalmente logró que se reuniera en Buenos Aires por primera vez el Congreso Deportivo Panamericano en agosto de 1940, y el Congreso eligió a la propia capital argentina como la sede de los primeros Juegos Panamericanos en 1942.
No obstante, la Segunda Guerra Mundial obligó a la postergación de dichos Juegos, de los cuales queda en la historia el primer póster, que representaba a un jabalinista sobre un fondo con las banderas de los países del área rodeando un globo terráqueo.
Un segundo Congreso Panamericano se reunió en Londres durante los Juegos Olímpicos de 1948 y allí resurgieron los planes de una cita cuatrienal, siempre antes de los Juegos estivales, y para Buenos Aires-1951 lograron reunirse más de dos mil 500 atletas de 22 países.
Esos I Juegos fueron inaugurados por el presidente Juan Domingo Perón junto a su esposa Evita ante los cien mil espectadores reunidos en el estadio del equipo de fútbol Racing Club de Avellaneda, que llevaba precisamente el nombre del mandatario vigente. Un detalle poco divulgado es que el encargado de encender la llama panamericana en aquella ocasión fue un atleta griego, Juan Sassidis, y su compatriota Aristides Roubanis entregó al Comité Organizador un ramo de olivo, símbolo de paz y confraternidad de los pueblos.
Competitivamente hablando, la edición pionera de los Panamericanos arrancó con varios deportes que se mantienen hasta la actualidad, como el atletismo, el baloncesto, el béisbol, el boxeo, la esgrima, el fútbol, el levantamiento de pesas y la natación, por sólo mencionar los más emblemáticos.
Además contó con el tenis, el yatismo y el pentatlón moderno, pero estos últimos no han estado en todos los Juegos, y el polo (sobre caballos) tuvo aquí su primera y única participación.
Argentina lideró el medallero también por primera y única vez, pues en lo adelante siempre fue la selección de Estados Unidos la triunfadora, con la única excepción de La Habana-1991, cuando los locales se impusieron con 10 títulos de diferencia sobre la potencia del Norte.

HECHOS Y FIGURAS

Entre las figuras más destacadas en la inaugural cita argentina estuvo sin dudas el tirador anfitrión Pablo Cagnasso, ganador de seis oros (fusil libre a 300 metros, fusil de guerra tres posiciones, y fusil de guerra de pie- individual y por equipos-), quien posteriormente fue campeón mundial y presidente del Comité Olímpico Argentino.
En el atletismo el Rey fue el velocista cubano Rafael Fortún, ganador de las pruebas de 100 y 200 metros planos ante reconocidas figuras de Estados Unidos y Jamaica.
Además, el corredor nacido en la centro oriental provincia de Camagüey supo guiar la posta antillana en el relevo 4x100, ganadora de la medalla de plata con un tiempo considerado récord en la Isla por 11 años.
Fortún puso dos de los nueve títulos conquistados por la mayor de las Antillas, pues sus congéneres apenas lograron coronas en el atletismo, la gimnasia y el béisbol.
Otro que brilló por los isleños fue el gimnasta Rafael Lecuona, quien triunfó en arzones de manera individual, y por equipos en la competencia general, además de en paralelas, anillas y salto, ya que por única vez se premiaron los aparatos tanto en el orden personal como de conjunto.
Como curiosidad vale destacar que los empates se decidieron por sorteo en vez de repartir las medallas dobles, como se hace en la actualidad.
Al igual que Fortún, otros deportistas se llevaron par de títulos individuales, como fueron el clavadista mexicano Joaquín Capilla (trampolín y plataforma) y el nadador brasileño Tetsuo Okamoto (400 y mil 500 libre).
En tanto, la nación sede festejó los éxitos de la nadadora Ana María Schultz (200 y 400 libre) y la atleta Ingeborg Mello (lanzamiento del disco e impulsión de la bala), así como las ocho coronas del boxeo y los triunfos colectivos en fútbol y polo acuático.
Asimismo, los atletas norteamericanos Malvin Whitfield (400 y 800 metros planos), Charles Curtis Stone (3 000 metros con obstáculos y 10 000 metros planos) y James Fuchs (disco y bala) también reinaron en dos modalidades a título personal.
Por su parte, el triplista brasileño Adhemar Ferreira da Silva inició así una terna de coronas continentales aumentada en México-1955 y Chicago-1959, y el maratonista argentino Delfo Cabrera se echó en un bolsillo al país con su triunfo en la carrera de largo aliento.
Nacían así los Juegos Panamericanos, que en octubre venidero conocerán su décimosexta edición en la ciudad mexicana de Guadalajara.

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