Por Lemay Padrón Oliveros
Los
rivales se afilaron los dientes cuando Matanzas sufrió las bajas del segunda
base José Miguel Fernández y el receptor Lázaro Herrera. Era lógico, los primos
constituían una parte fundamental en el éxito yumurino de los últimos años, y
la gran mayoría debe haberse llevado una sorpresa al observar cómo el plantel
matancero sigue de cómodo líder sin sentirse esas ausencias.
Claro,
cuando llegue la postemporada seguro se echarán de menos, pero algunos pensaron
que se les complicaría hasta la clasificación. Tal como van las cosas, esa
primera tarea parece vencida, porque solamente una debacle mayúscula podría
apartar a los Cocodrilos de la segunda ronda. Después veremos, refuerzos
mediante.
Lo que no
debe pasar desapercibido para nadie es el serio trabajo del colectivo técnico
para sobreponerse a esas ausencias, que en otras nóminas en circunstancias
similares han resultado fatales para el juego colectivo.
Mantener
la ilusión en quienes no juegan habitualmente, y sobre todo la motivación para
seguir entregándose en los entrenamientos para cuando sean llamados respondan
como se espera, es una ardua tarea, y Matanzas la ha sabido cumplir con creces.
No se
trataba de peloteros cualquiera ni de posiciones secundarias, era el corazón de
la línea central y de la alineación ofensiva, y la novena yumurina lo ha
asumido como tomarse un vaso de agua fría.
Si a eso
se suman las lesiones que han sufridos sus principales jardineros, entonces el
mérito sube a proeza, con un Yurisbel Gracial cubriendo la pradera central como
si hubiese estado ahí toda su vida, y un Yasiel Santoya que tampoco se achica
en el izquierdo.
Menos
palabras y más hechos, así ha hablado Matanzas en esta Serie Nacional, donde
sigue siendo el equipo que más batea, el que más carreras anota, el mejor en
pitcheo (con el mejor promedio y al que menos le batean) y en la media en
defensa. No por gusto ha sido casi invencible en su casa y el que mejor juega
fuera de ella.
Se viene
ahora una etapa de descanso, y a veces los equipos que están muy bien no
regresan igual. Si les confieso algo, no creo que esto le pase a Matanzas. Así
de contundente es el trabajo de todo su colectivo técnico, sin dudas de
excelencia.
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