lunes, 10 de noviembre de 2014

Nuevo rostro en el béisbol cubano


Por Lemay Padrón Oliveros

La integración del equipo a los Centroamericanos se llevó toda la atención, pero algo mucho más duradero se conoció en ese encuentro, el nombramiento oficial de Heriberto Suárez como nuevo director nacional de béisbol, para completar una especie de terna junto a Higinio Vélez, presidente de la Federación cubana, y Víctor Mesa, director de la selección nacional.
Muy esperanzador fue su anuncio público de que se trabaja en una nueva estrategia comunicacional en la pelota cubana, demasiado llena de misterios al más puro estilo CSI, y necesitada a gritos de mucha mayor transparencia. También se refirió a la disposición de tomar en cuenta las opiniones de todos, incluyendo los aficionados que se manifiestan en los foros digitales.
Luego, en un encuentro privado, se mostró muy complacido por la forma en que fue escogido el equipo a Veracruz, porque fueron escuchados todos los criterios, votación incluida, y por eso salió una nómina tan completa. Como siempre, habrá criterios divergentes sobre alguna que otra figura, pero en sentido general me parece bastante acertado este listado.
Él mismo había apostado por el torpedero Luis Alberto Valdés, actual líder de los bateadores, pero tras escuchar las opiniones de otros, en el sentido de que al no ser el titular se veía reducido su abanico de posible aporte al equipo, porque Dainier Moreira es mucho más rápido y habilidoso con el madero al hombro, cambió de opinión.
Así deben ser todas las discusiones en esa cúpula, sin que nadie se aferre a nadie, ni se sienta mal porque en un momento determinado no haya sido su propuesta la aceptada. Se trata de saber escuchar a todo el mundo, porque mientras más personas aporten sus conocimientos, menos deben ser los errores cometidos luego.
La Federación cubana de béisbol tiene una pésima imagen en los aficionados, eso no es secreto para nadie; por eso sería bueno aprovechar este nuevo rostro para cambiar también el rostro público de la pelota.
Como todo lo que nace, debe ser arropado en sus comienzos, recibir todo el apoyo posible y el voto de confianza para comenzar su labor, más todavía cuando es tan ardua como la que tiene por delante Heriberto Suárez.
Yo no soy religioso, pero rezaría porque el paso del tiempo y los inevitables roces no le hicieran cerrar puertas y oídos, porque no saldríamos jamás de este pozo sin aparente fondo.

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