Lanzó como los dioses. Tenía a alguna divinidad cerca para que guiara cada uno de sus lanzamientos durante tres salidas de la postemporada. Pero ni así pudo el cienfueguero Noelvis Entenza marcar en el casillero de victorias.
Sencillamente,
como ocurría en la Iliada ,
detrás de su contrario, Freddy Asiel Alvarez, también había alguna deidad
moviendo los hilos, y al final logró imponerse las tres veces.
Como él
mismo dijo tras el encuentro, de nada vale lanzar una joya si el equipo no
gana, pero cuando piense las cosas más en calma se dará cuenta de que ha sido
el lanzador cienfueguero más efectivo en las dos últimas postemporadas, aunque
los suyos no hayan podido imponerse.
¿Qué
sucede? Pues que sin batear no se puede ganar. El mentor Iday Abréu hizo de
todo para pisar el plato, hasta squeeze plays suicidas, pero nada fue
suficiente. Un plantel con tanta dinamita en sus muñecas no pudo sacarle
provecho, y sus dos cuadrangulares fueron sin hombres en base.
Tantos
corredores dejados en base tenían que pasarle factura, y ante un equipo que no
deja muchos resquicios como Villa Clara, puede ser mortal.
Para mí
sí estuvieron bien las decisiones de Abréu en aras de buscar más dividendos. En
especial la más polémica, la del corrido y bateo con William Luis. Es un
bateador que no acostumbra a tocar, y por eso hubiera preferido intentar el
bateo y corrido. Salió mal, pero sigo pensando que se pensó bien.
Cienfuegos
es un equipo muy bueno, pero para llegar a ser Grande todavía le falta, y no
será con refuerzos que lo logre. Varios de los mejores talentos del país en los
últimos años han salido de sus filas, y aunque no todos siguen ahí, tienen lo
suficiente como para pensar en grande gracias a los Pito, Arruebarruena,
Quesada, Entenza, Jorge Hernández y Moncada.
La verdad, no han tenido suerte en los pareos, porque les han tocado siempre novenas grandes como Pinar, Industriales y Villa Clara, pero a la larga para llegar a la elite, hay que ganarle a la elite. Para llegar al cetro, Ciego debió zafarse del predominio naranja. Cuando los Elefantes logren algo así, entonces nadie podrá parar su estampida.
La verdad, no han tenido suerte en los pareos, porque les han tocado siempre novenas grandes como Pinar, Industriales y Villa Clara, pero a la larga para llegar a la elite, hay que ganarle a la elite. Para llegar al cetro, Ciego debió zafarse del predominio naranja. Cuando los Elefantes logren algo así, entonces nadie podrá parar su estampida.
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