Por Lemay Padrón Oliveros
Río de Janeiro.- Neymar da Silva es hoy un gran jugador de fútbol, pero en estos
momentos su mayor talento se encuentra fuera del campo, al levantar las ventas
de las camisetas en su honor, y más aún, el orgullo de su país.
Al inicio de la Copa Confederaciones,
la preocupación del delantero de 21 años era no ceder a la presión de ser
exigido como la gran figura de la selección que más títulos del mundo acumula.
Llamado a ser el motor impulsor de un equipo
muy renovado, el flamante fichaje del Barcelona debía demostrar que no estaba
sobrevalorado, y podía hacer renacer la confianza de los aficionados.
Lo primero fue hacerle honor a la camiseta
con el número 10 con la cual soñó desde pequeño y escogió hace menos un mes, la
misma que su compatriota Pelé convirtió en un símbolo universal para reconocer
al jugador más talentoso de un equipo.
Y vaya si lo viene logrando, porque ha sido
elegido por la Federación Internacional
(FIFA) como el jugador más valioso en los tres encuentros celebrados por
Brasil.
Su velocidad ha sido demasiado para casi
todos los defensas, quienes se atreven a enfrentarlo en un mano a mano quedan avergonzados,
y cuando se ve contra la pared es capaz de improvisar y definir con estilo.
Cuando parecía que iba a ser neutralizado
otra vez por los defensores europeos de primer nivel, léase los italianos, se
sacó un golazo de la chistera para poner a los suyos en la senda del triunfo
tras el empate 1-1.
Así contribuyó a que Luis Felipe Scolari “Felipao”
llegara a 11 victorias consecutivas en partidos oficiales, récord jamás
alcanzado por un entrenador brasileño en la historia.
La racha comenzó en el último partido de la
eliminatoria rumbo al Mundial de Surcorea/Japón-2002, continuó durante los
siete choques de ese certamen, y sigue viva en los tres realizados por la Canarinha en esta
Confederaciones.
Es un genio, tiene conciencia de eso y hace
la diferencia, declaró Felipao, tras el juego contra Italia.
Como resultado de todo eso, en los comercios
de esta ciudad no es sencillo encontrar camisetas con el nombre de otros
jugadores, pero la del 10 no falta en ningún puesto de venta de ropa deportiva.
Con todo eso, Neymar ha vuelto a levantar la
pasión por el fútbol de todo un pueblo que hasta hace horas tenía cosas más
importantes de las cuales preocuparse.
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