Decepción oriental

Por Lemay Padrón Oliveros

Eran precisamente de allí de donde venían la gran mayoría de los reclamos para que no se tuviera en cuenta la división en zonas geográficas para pasar a la postemporada, por eso imagino la frustración en los aficionados del oriente cubano al ver que ninguno de los equipos de esa región seguirá en competencia en el torneo elite del béisbol cubano.

 Las solicitudes no eran gratuitas. En varias de las más recientes temporadas, la lucha más encarnizada por la clasificación se daba en el Oriente, y en ocasiones quedaban sin avanzar a la postemporada equipos con mejor balance de ganados y perdidos al de otros de Occidente que sí lo hacían.

 La historia cambió este año, y no pudo ser peor para las novenas del Este, que probablemente no realizaron la preparación más adecuada para enfrentar una campaña atípica, donde los primeros 45 juegos eran vitales para luchar por el trono.

 Cuando analizamos antes de iniciarse el campeonato las posibilidades de clasificación, vimos a Las Tunas y a Granma con grandes chances de avanzar, e incluso dejábamos la puerta entreabierta para Santiago de Cuba.

 Sin embargo, sobre el terreno los tuneros y los indómitos tuvieron un arranque pésimo, y los granmenses fueron demasiado inestables, estos últimos en buena medida por la inesperada flaqueza de sus abridores.

 En la esquina contraria, la Isla de la Juventud se repuso de un mes fatídico luego de su increíble arranque, y cerró precisamente vetándole a los tuneros la entrada a la segunda vuelta. Sin dudas, fueron los isleños la gran sorpresa entre los ocho elegidos.

 Por supuesto, no había pasado con anterioridad porque siempre se garantizó la representatividad de ambas zonas, pero olvidándonos de eso, tampoco hubiera sido posible, porque siempre al menos un plantel de Oriente finalizó con mejor balance que el último clasificado de Occidente, así que el bajón vino en el peor momento posible.

 Algunos tendrán la suerte de ser “pescados” como refuerzos, pero la gran mayoría tendrá que sufrir la experiencia de la Liga de Desarrollo, a la cual seguramente no querrán volver el año próximo.