Por Lemay Padrón Oliveros
Lo
tuvieron todo para pasar por delante de unos Búfalos demasiado golpeados, pero
a la larga Camagüey quedó nuevamente en la cuneta en el duelo bilateral, en el
marco de la otra semifinal de la Liga
Superior de Baloncesto (LSB) 2012-2013.
Las
columnas centrales de Ciego, Joan Luis Haití y William Granda, resurgieron en
momentos vitales para hacer valer la casta de los multicampeones del básquet
cubano y eliminar de nuevo a unos agramontinos que estuvieron más cerca de
nunca de lograr la hazaña.
En el
tercer y quinto juegos, cuando en ambos casos los visitantes estaban encima en
el marcador, brillaron como nunca los dos veteranos ilustres de la tropa
avileña, y borraron la desventaja.
Aquel
tercer choque mostraba a Camagüey delante en el segundo cuarto por 10 puntos,
pero Granda se echó al equipo al hombro y aparecía en todas partes, e incluso
bajaba el balón de una punta a la otra de la cancha.
En el
decisivo fue Haití, quien hizo derroche de entrega para jugar con un esguince
de tobillo, el que protagonizó la remontada de los de la tierra de la piña.
Poco importó que necesitara de ser infiltrado para trotar en la cancha, el
Búfalo mayor hacía valer su anatomía debajo de las tablas tanto para recoger un
rebote como para anotar en los momentos decisivos.
Lamentablemente
ese último desafío fue una sucesión casi constante de errores de todo tipo para
ambos bandos, y me atrevo a decir que si Ciego juega así la final no podrá
retener el trono, pero lo cierto es que Camagüey perdonó demasiado, y eso a la
larga le pasó factura, porque una vez delante en el marcador, los avileños
volvieron a ser el quinteto demoledor de la última década.
Los de la
tierra de los tinajones estuvieron funestos tanto en los tiros libres (por
debajo del 20 por ciento) como en los de tres (los fallaron casi todos en la
segunda mitad del partido), y por eso vieron esfumarse la notable ventaja que
tuvieron durante casi todo el desafío.
Esos tres
últimos cuartos fueron los peores que he visto en mi vida para un mismo equipo,
y así no se puede ganar. Tuvieron a los Búfalos en el suelo, esperando por el
disparo en la sien, y les temblaron las manos, por eso ahora les tocará mirar
los toros desde la barrera.
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