Chelyabinsk-2015 se parece muy poco a Puebla-2013. Cuba dependió en la urbe rusa de los de mejor actuación en la mexicana, pero la porfía en esta ocasión fue mucho más fuerte.
Las
cartas de lujo de nuestra delegación, Rafael Alba (87) y Robelis Despaigne (más
de 87) tuvieron una excelente fase preliminar, pero no pudieron hacerse
justicia a la hora de la verdad. Es bueno aclarar que por primera vez en la
historia un certamen de alto nivel de taekwondo celebró las competencias de una
misma división en dos días diferentes. Por lo general se evita esto, entre
otras cosas porque se trata de una disciplina muy traumática y los golpes
propinados y recibidos se sienten menos cuando el cuerpo está caliente, 24
horas más tarde pueden embotarse los músculos. Imagino que la Federación habrá
analizado los resultados de Chelyabinsk y en dependencia de eso veremos si el
sistema se mantiene.
Lo cierto
es que en la semifinal los dos perdieron por un punto, y en el caso de Alba se
trató de una patada a la cabeza prácticamente en el último segundo. Según
reportes desde la sede, se le vio cansado. Independientemente del factor
agotamiento, el colectivo técnico seguro sacará experiencias para que estos
despistes tácticos no vuelvan a ocurrir.
El resto
de nuestros concursantes ni siquiera lograron sobrevivir a un segundo día,
eliminados en la fase de grupos. Una vez más sale a relucir la necesidad de
competir al máximo nivel para alcanzar grandes resultados. Alba y Despaigne son
la excepción en buen medida porque prácticamente están en la misma división y
eso les da un contrario de alto nivel todo el tiempo al alcance de la mano,
pero eso no sucede en otros pesos. Desgraciadamente, para Río de Janeiro-2016
uno de los dos deberá ver los toros desde la barrera.
Antes,
serán nuevamente nuestras principales figuras en los Panamericanos de Toronto,
donde pueden aportar grandes alegrías. Por cierto, sacando cuentas con los
taekwondocas de la región en esta cita del orbe, Brasil sumó dos bronces al
igual que Cuba y Estados Unidos, mientras que México se quedó sin preseas, algo
bien raro por la tradicional fuerza de los competidores de ese país.
Quedan
menos de dos meses para la justa continental, y seguro lo sucedido en
Chelyabinsk dejará huella.
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