Quizás tardía, pero muy necesaria la aparición de Yuliesky Gourriel para intentar explicar lo sucedido con su contrato en el béisbol japonés. De entrada, aclaro que voy a optar por creerle al pelotero, quien siempre me ha parecido una persona honesta y un atleta ejemplar, por mucho que se le pretenda y se le ha pretendido criticar prácticamente desde que debutó en nuestras Series Nacionales.
Si algo
le debo censurar es la demora en salir al paso de todas las especulaciones, en
las cuales él siempre llevó la peor parte.
Dilucidado
este punto, entonces me pregunto, ¿Qué pasa con quienes fueron responsables de
esta vergüenza? Porque es una vergüenza comprometerse a algo y luego no
cumplirlo. ¿Qué ha sucedido con esa persona (o personas) que garantizó que el
jugador estaría en Japón en una fecha sin contar con él primero? ¿Cómo es
posible que todo esto se haga sin que el principal encartado haya firmado
oficialmente un papel?
No puedo
entender, por más que me esfuerce, cómo es posible que casi dos años después de
aprobada esta medida todavía el Inder, aquí me voy más allá de la pelota,
todavía no tenga a mano los abogados con la suficiente preparación como para
evitar bochornos como este. Sí, bochorno es la palabra, porque más que Yuliesky
se trata de los deportistas cubanos ante un contrato, de la seriedad del
movimiento deportivo cubano para cumplir sus compromisos.
Si el
Inder es el abogado en sentido general, es el gran responsable de que su
personal no esté lo suficientemente preparado como para entender y hacer
entender a los deportistas su papel en cada momento.
Sí, es un
mundo prácticamente desconocido para nosotros, pero señores, todo eso está bien
clarito EN BLANCO Y NEGRO. Cómo no analizar a fondo un documento, leer línea
por línea y ver que si se acuerda una fecha, esa es la fecha por la cual
responderás, o deberás atenerte a las consecuencias.
No sé si
alguien pensará que esto es una actitud hipercrítica u oportunista, pero
mientras las cosas no se resuelvan hay que seguir insistiendo en lo mismo. No
se trata de hacer leña del árbol caído, porque precisamente eso es lo que no
sucede: ningún árbol cae, todo el mundo se desentiende. Es la actitud de la Federación cubana, nada
nuevo, pero hasta cuándo, ¿no existe nadie más capaz para llevar a puerto
seguro todo este tema de las contrataciones -para quedarme solamente con el
tema de este trabajo y no meterme en otras cuestiones-?
Reitero,
no es Yuliesky Gourriel quien queda mal, es todo el deporte cubano, y quienes
sudan a diario para levantarlo, o quienes como aficionados lo veneramos y
defendemos, no nos merecemos este tipo de dislates.
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