Es la
telenovela beisbolera del momento. Me referí ligeramente al tema hace unos
días, pero como no había sido publicada la entrevista y me negué a ver el video
hasta tanto no leer lo que debió salir primero, o lo único que debió salir, no
quise opinar.
Es una
lástima lo que le ha sucedido a un colega entrañable, que con un palo
periodístico en la mano, emoción que solo quienes vivimos de esto sabemos el
cosquilleo que produce en el estómago, debió conformarse con salir a la
palestra luego de haber perdido el impacto noticioso. No obstante, era
imprescindible que hiciera su trabajo, y al final es lo que debe perdurar.
Por
supuesto, no perderé tiempo y espacio en abordar si Alfonso Urquiola debió
decir esto de tal manera, o si debió ponerse una camisa, lo trascendental es su
decisión de no dirigir más y las acusaciones a la Comisión Nacional.
Alguien
puede decir que está exagerando cuando dice que a Pinar del Río lo llevan
siempre contra la tabla (bastantes buches amargos ha debido tragar para llegar
a este punto), pero son verdades como un templo las que suelta sobre las
disparidades en los terrenos, el doble rasero a la hora de evaluar conductas de
directores y peloteros, jugadores o entrenadores que discuten bolas y strikes,
la casi nula inspección de los bates utilizados, o la impunidad de los
árbitros.
Los
responsables deben salir a la palestra y aclarar todo esto que vemos año tras
año y la vida sigue igual. Ahora alguien ha tenido la valentía de decirlo, y no
digo alguien cualquiera, sino el máximo ganador de títulos de Cuba como jugador
y entrenador.
A mí
realmente me duele cuando una persona que ha vivido para el béisbol, como él
mismo dice, llegue a este punto de decepción. Una sensación similar viví cuando
César Valdés decidió no arbitrar más. Tendrán miles de defectos, pero en lo
suyo estaban (están) entre los mejores de Cuba, y por eso es hora de decir
basta: necesitamos explicaciones, de manera clara y pública.
No
podemos darnos el lujo de perder a alguien como Urquiola, al que cariñosamente
apodé “El librito” por su sapiencia a la hora de dirigir. Por eso digo que
clasificó, no para los play offs de este año, pero sí para los de la historia
del béisbol cubano.
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