Por Lemay
Padrón Oliveros
Con unos
meses ya de iniciado, el ciclo olímpico que culmina en los Juegos de Río de
Janeiro-2016 tiene para el deporte cubano metas ambiciosas, luego de salir en
Londres-2012 del bache de Beijing-2008.
En
primerísimo lugar está superar la mancha mayúscula del cuatrienio londinense:
el no haber podido clasificar ni a un solo equipo a esa justa.
Bastante
mal está el panorama en la mayoría de las disciplinas colectivas, y por esos
los esfuerzos deben concentrarse en el voleibol, donde el masculino se
encuentra en la elite pese a todos los inconvenientes, y el femenino no está
tan alto, pero tan poco tan bajo como para no ser capaz de obtener un boleto al
concierto bajo los cinco aros.
Varios
escalones más abajo está el baloncesto femenino, y de ahí en adelante cualquier
otro plantel que llegue apenas a las instancias clasificatorias finales ya
sería una sorpresa.
Ahora
bien, en este tipo de lides lo individual adquiere mayor peso, porque otorga la
mayor cantidad de medallas, y es por ahí por donde se ubican los países en el
resultado general.
El boxeo
mostró ya las serias intenciones de regresar a los planos estelares que siempre
ocupó, y tanto la lucha como el judo ratificaron que están en ese grupo de
disciplinas con las mayores potencialidades. No obstante, en el caso de la
lucha se necesitan nuevas figuras que aporten al medallero, porque el
excepcional Mijaín López no será eterno.
Imprescindible
será la contribución del atletismo, que volvió a regresar sin títulos de una
cita estival y esa no debe ser la tónica. Si bien en la pista seguimos teniendo
grandes carencias, en las áreas de saltos y lanzamientos se impone modernizar
las técnicas de entrenamiento para no quedarnos detrás.
Serán
esos los tres pilares del deporte cubano en Río de Janeiro-2016, pero se
necesita, como siempre, que se sume alguien más. En Londres-2012 fue el tiro y
esa hombrada de Leuris Pupo; dentro de tres años puede volver a ser el taekwondo,
el canotaje, el ciclismo, o hasta las pesas y la natación, cualquier
contribución será bienvenida, y aún es muy pronto para apuntar a alguien.
Lo único
cierto es que ya la carrera comenzó, y este año es crucial para definir con
certeza quiénes tienen posibilidades reales de cumplir con eficiencia el
cuatrienio, y así no desperdiciar recursos y talento.
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