Por
Lemay Padrón Oliveros
El excepcional Lionel Messi disfruta ya de un puesto inamovible en el
Olimpo del fútbol (y el deporte) mundial. Cosechar cuatro Balones de Oro
consecutivos es una hazaña sin precedentes, y bien difícil de repetir,
aunque las leyes del juego hayan cambiado bastante desde su creación.
Dedicado en sus inicios a futbolistas europeos, luego se amplió a los
procedentes de cualquier parte del mundo que actuaran en Europa, y
finalmente a quienes se desempeñan en cualquier geografía. Sí, nuestro
Alberto Gómez también puede ganar un Balón de Oro, aunque a algunos esto
les provoque risa.
Pues bien, aunque la nómina de quienes
votan ha cambiado poco, pues solamente se han añadido entrenadores y
capitanes de todo el planeta a la nómina de la revista francesa France
Football, los criterios parecen haber variado bastante, e incluso son
dispares en la misma votación.
Si bien las mujeres están
tomando más en cuenta los logros anuales, los hombres da la impresión de
que valoran más la calidad intrínseca de cada jugador.
Actualmente
parece que se vota por el mejor jugador del mundo y no por el que haya
protagonizado la mejor campaña. No me refiero a este año -porque aunque
con el Barcelona apenas levantó la Copa del Rey, a nivel personal Messi
tuvo prestaciones de ensueño-, sino a la tendencia en los últimos años, y
comienza precisamente con el Balón entregado al genio sudamericano en
2010.
Esa temporada debió priorizarse el título de España en
el Mundial de Sudáfrica o en su defecto el del Inter de Milán en la Liga
de Campeones y el Mundial de clubes, pero nada de eso, se impuso el
crack rosarino, pese a jugar discretamente en tierras sudafricanas. Si
ganó ese año, ya era cosa esperada verlo levantar el trofeo en 2011 y
2012, y para que no lo haga en 2013 el Barcelona tiene que caer en la
fase de octavos de final de la Champions y en la Copa del Rey. Así de
sencillas parecen ser las cosas, o deberían serlo para Cristiano
Ronaldo, para que luego no se nos ponga triste.
En mi opinión
es tan válido votar por la mejor campaña como por el mejor jugador,
pero entonces saltan a la vista las injusticias cometidas con
anterioridad, porque Diego Armando Maradona no tiene ni un Balón (no era
elegible en sus mejores años), y Zinedine Zidane se retiró con
solamente uno en sus vitrinas. Lo ideal sería que se pusieran de acuerdo
sobre los criterios de evaluación, y así todo el mundo queda
satisfecho.
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