Por
Lemay Padrón Oliveros
Posiblemente algunos lectores habituales de estas páginas se
muestren asombrados ante el título de este trabajo, firmado por este
autor, porque con un poco de buena memoria recordarán que fui uno de
los que más criticó la labor de dirección de Lázaro Vargas al frente de
Industriales, sobre todo en la postemporada.
Sin embargo, nunca dejé de reconocerle varios aciertos, el principal: regresar a los play offs, algo habitual en épocas pasadas, pero difícil para la novena azul en las más recientes campañas.
El extercera base logró sobreponerse a problemas de todo tipo, sobre
todo lesiones y notables lagunas en el área de lanzadores, para dominar
la Zona Occidental en buena parte de la Serie, y luego llegar hasta la
final.
Mucho le critiqué la excesiva confianza en los lanzadores novatos y
la poca utilización de variantes ofensivas, eso lo mantengo; y aunque
no he leído, visto u oído en ninguna parte que haya reconocido los
errores, confío en que el tiempo transcurrido desde el cierre de la
temporada haya sido suficiente como para pensar con cabeza fría y
rectificar donde se debe rectificar.
Por eso, aunque su permanencia no tiene discusión, le brindo mi
confianza para otra Serie más, porque el hombre es capaz de enderezar
el rumbo cuando se le tuerce y muy pocas veces tropieza con la misma
piedra.
Sin ir muy lejos, el actual campeón nacional, Roger Machado, dejaba
mucho que desear en el timón de mando hasta el año pasado, cuando
abusaba en demasía de sus serpentineros de cabecera, tanto con Ciego de
Ávila como luego con el equipo Cuba.
No obstante, este año fue mucho más mesurado en el uso de sus
principales brazos y administró mejor las fuerzas para llegar a la
disputa del trono en inmejorables condiciones, y una vez allí movió sus
piezas con precisión milimétrica.
Rectificar es de sabios, y yo al menos estoy seguro de que Vargas es
una persona inteligente y habrá sacado las experiencias necesarias
(recordar que este era apenas su primer año al frente de la tropa añil)
para que toda la capital, y bastante más allá, pueda volver a soñar en
azul.
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