Por Lemay Padrón Oliveros
Por estos
días sonaron bastante las distintas propuestas para reformar la pelota cubana,
y entre ellas primó la utilización de refuerzos para una segunda fase, con los
cuales se evitaría que jugadores de calidad quedaran fuera del principal
espectáculo deportivo de Cuba.
No sé si
fue el más abordado en los contactos de la Comisión Nacional por todo el país, pero fue el
aplicado ahora, y por eso me quiero referir a este tema, porque no me parece lo
más adecuado para un certamen de este tipo.
En primer
lugar, estoy en contra de dividir la Serie
Nacional en dos etapas. Me parece que cada torneo debe
iniciarse y finalizarse como empezó, hasta que salga el campeón, como ha sido
todos estos años. Después si se quiere, entonces se organiza otro donde la
territorialidad no tenga nada que ver, y entonces ahí podemos reforzar cada
plantel como se quiera, pero desde el inicio.
Mover
jugadores a mitad de un campeonato falsea los resultados, porque un solo
lanzador es capaz prácticamente de ganar un título, y la novena que lo sume a
sus filas podría dejar en el camino a otra mucho mejor colectivamente.
Además,
así no se aprecia realmente el trabajo de un territorio por desarrollar
figuras, porque es más fácil llamar a un consagrado para tapar un hueco que
perfeccionar la labor de un talento en bruto.
Del mismo
modo, el propio director de la escuadra no puede seguir el plan trazado desde
el inicio de la campaña con cada jugador, porque en un equipo cada cual cumple
una función, y si es sustituido por otro, ya el que viene no tiene las mismas
características y entonces debe desempeñar otro papel, quizás en detrimento
incluso de uno de los regulares.
Por
último, pero no menos importante, está el tema de la adaptación de cada
pelotero a la función que le tocará en su nueva nómina. Súmele a eso que se
trata de moverse a otro territorio donde estará albergado la mayor parte del
tiempo y compartirá la vida con colegas que no le son habituales.
Todas
estas dificultades se remedian bastante cuando se trata de un torneo diferente,
porque usted se concentra uno o dos meses antes de iniciar el calendario
oficial y va entendiendo al manager y a sus propios compañeros antes de darse
la voz de play ball.
Estoy
consciente de que en temas de béisbol en Cuba es difícil poner de acuerdo a más
de una persona, pero en este aspecto de los refuerzos a mitad de una lid creo
que hay más desventajas que ventajas.
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