Por Lemay Padrón Oliveros
Cada vez más, las cuestiones comerciales se adueñan de los espectáculos deportivos, y en especial de sus protagonistas: los atletas de máximo nivel.
En estos tiempos globalizados, los deportistas se cotizan como simples mercancías, y muchas veces una figura agradable o la facilidad de palabra abren más puertas que la propia calidad atlética.
El marketing y la publicidad pueden convertir a un competidor mediocre en una super estrella, gracias a toda una maquinaria existente para generar dinero por todas las vías posibles.
A este grupo de atletas, a los cuales no les falta el talento, por supuesto, se les llama mediáticos, porque tienen mayor presencia e impacto en los medios de comunicación del mundo, ya sea por su carisma o imagen.
Kournikova es un excelente ejemplo. |
Uno de los ejemplos más claros en la última década es la tenista rusa Anna Kournikova.
Nunca ganó un torneo de individuales a nivel profesional, pero fue imagen de diversas marcas que, atraídas por su belleza e impacto en los consumidores, la buscaron como vehículo de promoción de bienes.
Por ejemplo, en el año 2000, la raquetista moscovita ganó tres millones 300 mil dólares, de los cuales unos 150 000 los obtuvo en el tenis, donde llegó a ser octava en el listado mundial de la Asociación de Mujeres Tenistas (WTA).
Kournikova vendió muchos más periódicos por su labor como modelo y su romance con el cantante español Enrique Iglesias que por su juego.
Sin salir del deporte blanco, actualmente los líderes mediáticos son el español Rafael Nadal y la rusa María Sharapova, quienes combinan talento, belleza y juventud, pero son superados por otros jugadores en el ranking planetario.
Pero no sólo en el tenis sucede. La ya retirada holandesa Inje de Bruijn sigue siendo más famosa en los medios que los actuales astros de la natación mundial.
Igualmente, el salto con pértiga es una de las modalidades menos atractivas del atletismo, pero hoy por hoy solamente los ases de la velocidad pueden opacar a la rusa Elena Isinbayeva, excepcional en su modalidad, pero mucho menos publicitada si tuviera otra imagen.
Pero si un deporte explota al máximo a sus figuras es el fútbol, y en especial Inglaterra, donde decenas de diarios se dedican a fisgonear en todos los rincones y en “vender” estrellas por montones.
No por gusto entre los 20 futbolistas con mayor valor mediático, tomando en cuenta el número de portadas o apariciones en los medios de comunicación y no los títulos ganados o goles anotados, la mayoría juegan en el Reino Unido, con destaque para el inglés Wayne Rooney y el marfileño Didier Drogba, aunque sus equipos no atraviesen su mejor momento.
Según una investigación realizada por la Universidad de Navarra, el delantero holandés Ruud van Nistelrooy salió de los 20 primeros cuando dejó el Manchester United y fichó por el Real Madrid, pese a finalizar como líder goleador en la campaña 2006-2007. ¿No es sorprendente?
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