Por Lemay Padrón Oliveros
Ciego de Ávila acaba de recuperar el trono de la Liga Superior de baloncesto, como muchos esperábamos. Aquí debo reconocer que subestimé a Camagüey al pensar que solamente ganarían una vez en todo el play off, pues los agramontinos estuvieron a punto de dar la gran sorpresa y llevarse la corona, pero flaquearon en el sexto juego.
En un séptimo nadie totalmente imparcial podría apostar por ellos porque ya toda la ventaja de campo, sicológica y de experiencia, estaba para los avileños, que lo demostraron con el único marcador desproporcionado de esta postemporada, y dominando de principio a fin en todos los órdenes.
Vale la pena entonces dar un repaso a lo acontecido en esta inesperada final, aunque sé que se me quedarán aspectos por tocar.
SORPRESA EN LAS PANTALLAS: Creo que por primera vez en la historia de estos certámenes, quizás la memoria me traicione, prácticamente no hubo trasmisión televisiva. Hasta ahora no me satisface ninguna de las explicaciones dadas por los directivos de la TV para dejar fuera al menos semifinales y finales, en un evento previsto en el calendario desde hace meses.
DEMASIADOS ERRORES: Como solamente pude ver esos dos últimos partidos, pues no me gusta opinar ni siquiera por la narración radial, sino verlo con mis propios ojos, me remito a esos ejemplos. El último fue un desastre para Camagüey y muy fácil para Ciego, así que tampoco me ensañaré con él, sino con el anterior, que a mi juicio definió el título. Los dos planteles mostraron carencias técnico-tácticas tanto a la ofensiva como a la defensiva, fallos solos debajo del aro, demasiados pases errados, pérdidas de balón y mala selección del tirador adecuado, quizás atribuible a la tensión del juego. Por suerte el baloncesto cubano sigue estando tan parejo que incluso con esas erratas casi todos los partidos entre los mejores quintetos siguen siendo excitantes.
TIGRES: ¿Por qué utilizar un sobrenombre ya endilgado a otro equipo cubano? Me resisto a llamarles así a los camagüeyanos, y cada vez que lo escuchaba o leía siempre mi mente iba al equipo avileño de béisbol. Si quieren felinos les quedan el leopardo, la pantera, el guepardo y muchos más. Un poco de creatividad, por favor.
SANCIONES: Fueron inevitables ante las indisciplinas cometidas, y aplaudo que la Comisión Nacional no haya incluido en ellas a los jugadores, lo cual hubiera conspirado contra el espectáculo.
ARBITRAJE: Son humanos, eso lo sabe todo el mundo, pero capaces de decidir partidos y hasta campeonatos. Muy bien en el sexto partido al sancionar a Yorman Polás por provocar a Joan Luis Haití, pero en el séptimo fue Haití quien provocó a Arlen Alorda y el expulsado fue el agramontino. ¿Por fin quién merece la sanción, quien la provoca o el que responde?
DESCUBRIMIENTOS: Para el gran público la mayor alegría es haber descubierto nuevas caras en el entorno nacional, como el mencionado Polás, su compatriota Leonel Batista o el base avileño Yasser Rodríguez, todos todavía con cosas por mejorar, pero muy prometedores. Por solamente mencionar los involucrados en la final.
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