lunes, 19 de marzo de 2012

Cuando Cuba dominaba las pruebas de velocidad

Por Lemay Padrón Oliveros

Los 70 fueron de dominio cubano.
Por estos días se cumplieron casi cuatro décadas de que Cuba ganara en unos Juegos Centroamericanos y del Caribe los tres primeros puestos en las pruebas de 100 y 200 metros planos. De entonces acá esta especialidad ha sufrido un gran retroceso.
El 6 de marzo de 1974 tres cubanos ocupaban los primeros puestos en la final de 100 metros planos correspondiente a los XII Juegos Centroamericanos y del Caribe, celebrados del 27 de febrero al 14 de marzo en Santo Domingo, la capital de República Dominicana.
Silvio Leonard, José Triana y Pablo Montes fueron los encargados de la hazaña, acrecentada porque el propio Leonard, su colega Pablo Bandomo y Triana también hicieron el 1-2-3 en los 200 metros, en un suceso sin precedentes en este tipo de lides.
Aquellos Juegos, los cuartos celebrados en una isla caribeña, contaron con la asistencia de los 23 países que en esa fecha integraban la Organización Deportiva regional (Odecabe), incluida Bermudas, por primera vez asistente con deportistas.
El total de atletas ascendió a dos mil 52 y los deportes a 18, con el retorno de las velas, el softbol esta vez en los dos sexos, y el tenis, pero se ausentó uno clásico como la esgrima. En adición, el total de pruebas ascendió a 170.
Cuba ganó por primera vez en su historia más de 100 títulos y dominó 14 de los 18 deportes calendariados. Su total de medallas fue más del doble que el de México, segundo lugar, mientras los cetros conquistados sobrepasaron en 31 la cifra de todos los demás países juntos (101 por 70) y en tres la cosecha cubana de cuatro años antes.
Los cubanos vencieron por primera vez el torneo masculino de baloncesto, destronaron a México en el femenino de clavados, en la gimnasia ganaron todas las medallas de oro, plata y bronce, y en el voleibol los varones no perdieron un set, mientras las muchachas solo uno en la final ante sus colegas mexicanas.
El medallero final quedó así: Cuba (101 preseas doradas, 55 plateadas y 35 bronceadas, para un total de 191 metales), México (26-30-26-82) y Venezuela (14-16-25-55). Pero volvamos a las pruebas de velocidad.


REINADO TOTAL EN LA VELOCIDAD


Aquel 6 de marzo el favorito en el hectómetro era Silvio Leonard, el único hombre de la región capaz de acercarse a las mejores marcas del planeta en esos momentos, y el cienfueguero no defraudó a sus parciales.
Desde el mismo disparo de arrancada ocupó la posición cimera y la mantuvo, tal como se esperaba. Lo sorprendente fue que tras su excelente 10.49, entraron sus compatriotas Triana, con crono de 10 segundos y 67 centésimas, y Montes, con 10.77.
Por primera y única vez tres corredores de un mismo país ocuparon todos los lugares del podio de premiaciones y Cuba de paso mantuvo la hegemonía en la prueba, iniciada en 1966 con el excepcional Enrique Figuerola.
Pero si esto hubiera sido poco, tres días después la mayor de las Antillas repitió la hazaña en los 200. En esta ocasión, Leonard hizo 20 segundos y 99 centésimas, Bandomo 21.37 y Triana 21.54.
Por supuesto, en el relevo nadie quitaba la presea áurea a Cuba, con aquella tremenda cuarteta de velocistas, que devoraron la distancia en 39 segundos y 62 centésimas.
El buen momento de la velocidad pura en la mayor de las Antillas abarcaba también el sector femenino.
En este propio certamen regional Carmen Luisa Valdés ganó 100 y 200 metros planos, escoltada en el primer caso por Silvia Chivás, y en el segundo por Asunción Acosta, integrantes también de la posta corta ganadora junto a Marlene Elejalde.
Ahh, qué tiempos aquellos. Desgraciadamente con el retiro de estas figuras, a inicios de los años 80 del pasado siglo, las especialidades más rápidas del Deporte Rey cayeron en una profunda crisis que hoy todavía no ve la luz al fondo del túnel.
Ingentes esfuerzos en la captación de talentos no han dado con la figura de nivel mundial que se necesita, y en los últimos decenios apenas nos hemos limitado infructuosamente a buscar algún finalista olímpico o mundial, ni soñar con medallas.
Los pocos que han salido con virtudes para la velocidad han incursionado en las vallas cortas, donde una depurada técnica suple en algo el potencial nato que necesita un verdadero bólido.
No obstante, de vez en cuando es bueno refrescar la memoria y recordar aquellos tiempos en que éramos los más ágiles y rápidos de la región.

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