Digo increíble porque se trata de uno de esos deportes rabiosamente estadounidenses por muy internacionalizado que esté (quizás solamente por detrás del fútbol americano), y donde no quedan dudas de quién dicta las reglas en cuanto a resultados y calidad individual.
A diferencia del béisbol, que abrió sus puertas al mundo casi desde sus inicios, el baloncesto no es hasta 1985 que ve jugar en la NBA con asiduidad a los primeros no nacidos en Canadá o Estados Unidos, pues hasta entonces eran casi todos casos aislados.
Por eso aumenta mucho más en importancia lo logrado por Pau y Marc Gasol, los primeros hermanos que se han ganado el derecho de integrar los equipos al Juego de las Estrellas de la NBA desde 1971, cuando lo hicieron los gemelos Tom y Dick Van Arsdale, como suplentes. No solo es integrar, sino que ambos consiguieron los votos necesarios como para salir en el quinteto titular, y también quieren protagonizar el salto inicial del encuentro, una imagen que quedaría en los anales de la mejor Liga de baloncesto del mundo.
La invasión de los españoles ha sido tal en la última década que se habla de ÑBA. Es que no se trata solamente de llegar, sino de destacar, como han hecho los Gasol, Ricky Rubio, José Manuel Calderón y hasta Serge Ibaka, que es congolés pero representa a la Madre Patria.
No obstante, los Gasol son los más promocionados, también porque ocupan una de las posiciones más mediáticas del básquet, la del ala-pívot, el dueño de la zona pintada que también posee habilidades como para entrar con pelota dominada a las cercanías del aro. Eso los ha convertido en estrellas, porque aunque Marc todavía no tenga ningún anillo, este será su quinto All Star, el primero en el quinteto titular.
El juego será lo de menos, para la familia Gasol el próximo 15 de febrero será una fiesta, más disfrutada seguro que la del día anterior, el de los enamorados.
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