miércoles, 18 de junio de 2014

Manu, con la guinda del pastel

Por Lemay Padrón Oliveros

A sus 37 años, probablemente el polivalente baloncestista argentino Emanuel Ginóbili acaba de ponerle la guinda al pastel de su exitosa carrera en la Liga profesional estadounidense (NBA) al obtener su cuarto anillo de  campeón.
   Antes de la llegada de Ginóbili a la NBA, el venezolano Carl Herrera era el único jugador latinoamericano que había podido ganar títulos (dos con los Houston Rockets en 1995 y 1996), pero Manu se fue por encima, además porque fue mucho más protagonista en cada triunfo de San Antonio Spurs.
   Considerado desde hace tiempo el mejor sexto hombre de la Liga, Gino fue siempre la alternativa perfecta para las Espuelas, actuando a veces como organizador, otras como alero, haciendo daño con sus triples, interceptando balones y hasta capturando rebotes.
   El oriundo de Bahía Blanca se convirtió también en el primer jugador en la historia de las finales de la NBA que logra 15 o más tantos y 10 o más asistencias saliendo de la banca.
   Elegido en 1999 en segunda ronda del draft por los Spurs con el puesto 57, Ginóbili ganó su primer anillo en su temporada de novato (2003), y repitió ya siendo figura estelar en 2005 y 2007.
   Pero el principal legado de Manu ha sido la puerta abierta a los jugadores latinoamericanos, pues hasta el año 2000 eran contados los jugadores latinos en la NBA, y muchos sólo estuvieron cortas temporadas.
   De su prodigiosa mano zurda llegaron sus compañeros en los equipos medallistas en Juegos Olímpicos y Campeonatos Mundiales como Andrés Nocioni, Fabricio Oberto, Luis Scola, Carlos Delfino, Walter Herrmann,  Pablo Prigioni, José Sánchez y Rubén Wolkowski.
   La oleada siguió con los brasileños Leandro Barbosa, Nené Hilario, Anderson Varejao y Tiago Splitter, los dominicanos Al Horford, Charlie Villanueva y Francisco García, los puertorriqueños José Juan Barea y Carlos Arroyo, los mexicanos Eduardo Nájera y Gustavo Ayón, y los venezolanos Oscar Torres y Greivis Vázquez.
   Fue tanto el empuje de ellos, junto con los españoles encabezados por los hermanos Pau y Marc Gasol, que se hizo imprescindible la  página web en español de la NBA, y la celebración de las 'Noches Latinas' cada temporada, un día en que las camisetas se transforman para decir Nueva York, El Heat o Los Lakers.

ESO ES TENER ESPUELAS

La amargura que embargó a los San Antonio Spurs en junio pasado fue una de las más duraderas, casi todo un año preparando la venganza. ¡Y qué venganza!
   La increíble derrota sufrida en el juego seis de la final del pasado año ante Miami Heat, cuando ganaban por cinco puntos a falta de 28 segundos les dejó muy tocados.
   Aquel error garrafal cometido por el técnico Gregg Popovich de dejar al equipo sin hombres altos para rebotear les costó perder ese encuentro en el mismísimo AT&T Center tejano, y no pudieron recuperarse para el séptimo juego, en el cual siempre fueron a remolque en Miami.
   Todo un año pasó, digiriendo la derrota y preparando la riposta desde el mismo comienzo de la temporada, sin salir un momento de las mentes de los jugadores, especialmente del trío estelar de Tim Duncan, el francés Tony Parker y el argentino Ginóbili.
   El imponente registro de 62 triunfos y 20 derrotas de la fase regular hacía presagiar lo que se venía, pero llegar al séptimo partido contra Dallas Mavericks, último del Oeste, en el primer cruce de postemporada, bajó un poco el favoritismo de las Espuelas.
   Sin embargo, tras recuperarse de esa inesperada resistencia, Popovich volvió a mostrarse como el mejor entrenador de la NBA del momento y ajustó todas sus piezas, que tradicionalmente funcionan como un reloj y no por gusto son reconocidos como los dueños del mejor juego colectivo en la Liga.
   Para muestra, un botón: será bien difícil encontrar en toda la historia de las postemporadas que un plantel cuyo líder finalice como quinto mejor anotador de un encuentro sea capaz de ganar ese choque, y menos aún si ese es el choque final de la campaña.
   Pocas nóminas en la historia de la NBA pueden blasonar de tener diferentes líderes anotadores en cuatro juegos distintos de postemporada, uno detrás de otro.
   El año pasado encadenaron lideratos ofensivos Duncan, Parker, Ginóbili y Danny Green, y esta vez fue el base Kawhi Leonard quien se sumó al trío mágico de los Spurs, convertido también en el máximo ganador histórico en el básquetbol estadounidense.
   La endiablada efectividad de las Espuelas (implantaron récord también en ese apartado en el juego tres) prácticamente no falló a lo largo de la serie final y el Heat, con poco más que ofrecer además del Rey LeBron James, no encontraron nunca la fórmula ganadora y apenas ganaron un encuentro, por dos puntos.
   En toda la serie, San Antonio, un quinteto donde se habla inglés, francés, español y portugués, les sacó 69 puntos de ventaja al Heat, y 214 sumando todos los rivales, otra marca para postemporada.
   El trío mágico está llegando a su fin, pero el título de Jugador Más Valioso de Leonard hace soñar a los seguidores del conjunto tejano de que se puede extender la dinastía.
   Con apenas 22 años, segundo jugador más joven en conseguir el premio en finales después que el mítico Magic Johnson lo logró con 20 años cuando jugaba con Los Ángeles Lakers, en 1980, Leonard parece listo para recoger el testigo.
   No obstante, los viejitos, como cariñosamente se le llama al trío Parker-Duncan-Ginóbili, mostraron que todavía tienen baloncesto para ofrecer y a lo mejor los dos últimos postergan sus retiros, porque el galo tiene solamente 32 años.

No hay comentarios: