Por Lemay Padrón Oliveros
El viaje del pasado año de España a Brasil fue el comienzo del fin
para la mejor generación histórica del fútbol español. Aquella derrota
en la final de la Copa Confederaciones ante los anfitriones parecía ser
una más, pero marcó el fin de una era.
Felipao Scolari le regaló al mundo entero, y de manera gratuita, el
manual de cómo jugarle a España, y de entonces acá se lo han copiado
al
pie de la letra. Hasta ese encuentro, la armada ibérica había sido
casi inexpugnable en todos los partidos oficiales disputados.
Contando
las dos Eurocopas, el Mundial de Sudáfrica-2010 y esa misma
Confederaciones, no le habían anotado en ningún partido más de dos
goles.
El 3-0 de Brasil fue muy duro, presagio del 5-1 que le
endosó Holanda y el 2-0 de este miércoles contra Chile; en total, 10
goles tolerados y apenas uno anotado en sus tres últimos choques en
competiciones internacionales. Y el gol, vale recordarlo, fue gracias a
un penal más que dudoso.
Triste despedida para esta
generación, que difícilmente maquille una goleada a Australia, bien
difícil por como se han visto sobre la cancha.
Cuando no se
equivoca uno es el otro, desde Casillas hasta Diego Costa, pasando por
Xavi, Xabi Alonso, Piqué, Busquets, Silva o Jordi Alba, todos
tuvieron lo suyo, y así el bigotón Del Bosque no tenía para dónde
virarse. Me hubiera gustado ver a Villa en lugar de Cazorla cuando
el mundo se le venía abajo ante Chile, pero esto no es más que un
pedido por lo que no fue, nada me hace pensar seriamente de que el Guaje pudiera haber cambiado el destino.
La Roja tuvo muy
poco de Furia en Brasil-2014, y hace las maletas bien temprano,
abrumada por sus propias falencias y la superioridad de sus rivales. Le
sobra un partido, y aunque repitan el 6-1 que le hicieron a Bulgaria
en Francia-1998 eso volverá a servir para lo mismo, para archivarlo en
las estadísticas, porque apenas constituye el punto final de un fracaso
mayúsculo.
La maldición se extiende ahora a tres de los
últimos cuatro campeones mundiales, incapaces de sobrevivir en la
siguiente Copa ni siquiera la primera ronda. La sufrieron antes Francia
en 2002, e Italia en 2010.
A España le queda un partido en
Brasil-2014, pudiera ser la hora de probar a la nueva generación, pero
¿cuál?, solamente puede hablarse de De Gea, Koke o el ya titular
Azpilicueta, porque Del Bosque no llevó a Dani Carvajal o a Iturraspe,
dos de los mayores talentos de España.
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