jueves, 1 de mayo de 2014

Y el Real fue una Bestia Blanca

Por Lemay Padrón Oliveros

El Real Madrid le debía a sus seguidores una victoria contra un equipo grande, y en menos de un mes despachó sin contemplaciones a los dos mejores conjuntos de la última década.
Contra un irreconocible Bayern sacó la estirpe del mejor fútbol merengue, el que lo ha llevado a conquistar nueve veces el reinado de Europa, y lo colocó camino de la Décima, y en condición de favorito sin importar el rival.
Sí, porque tal como dije en la semifinal Industriales-Pinar del Río de la pasada Serie Nacional, creo que el ganador de esta serie se lleva la Orejona. Reitero, no es por demeritar a los otros dos posibles rivales, pero su fútbol está bien distante del mostrado esta campaña por el todavía campeón de la Champions, que fue maniatado totalmente por el plantel madrileño.
Si pocos esperaban el 1-0 del Bernabéu, muchos menos deben haber apostado por el incontestable 4-0 del Allianz Arena. De nuevo Pep Guardiola echó en falta a un volante de creación, pues las tentativas germanas seguían siendo las mismas, balón a los extremos, a ver qué sale. Si tienes la pelota tienes menos posibilidades de que el rival te ataque, pero hay que saber qué hacer con ella.
Sin embargo, Franck Ribéry y Arjen Robben fueron devorados literalmente por un cada día más crecido Dani Carvajal y un Fabio Coentrao que vive quizás su mejor momento como madridista.
La falta de imaginación ofensiva de este Bayern fue un fardo demasiado pesado ante un Madrid que no perdona casi nunca, y en una sola campaña se ha quitado de encima la maldición de Alemania, luego de eliminar sucesivamente a tres equipos teutones, con goleadas incluidas a dos de ellos en suelo germano. La Bestia Negra del Bayern se ganó una Bestia Blanca, responsable de su derrota más vergonzosa en la historia continental.
Dos años llevaba Sergio Ramos mascullando su venganza, luego de haberse confundido de deporte y disparar un jonrón a las gradas que sacó a los merengues de la final, precisamente contra el Bayern, aunque en el Bernabéu. Dos tantos de cabeza en los cuales mucho tuvo que ver la marca arrastrada por Cristiano Ronaldo le dieron su redención, luego de haber sido abochornado por medio mundo en aquel momento, incluyendo algunos jugadores del Munich. Evidentemente, su involucramiento en el ataque merengue en el encuentro sabatino contra Osasuna era un ensayo para lo que ocurriría este martes.
Pero si alguien merece la mayor cantidad de elogios, aunque no esté en cancha, es el técnico Carlo Ancelotti, que mantuvo su invencibilidad ante equipos alemanes con un planteamiento táctico impecable. Los blancos metieron tanto miedo a sus rivales que incluso dominaron la posesión en los primeros compases, y tras el 2-0 bajaron la intensidad, convencidos de que sería imposible a los bávaros marcarles cuatro veces.
El único punto negro fue la amarilla infantil que se ganó Xavi Alonso, con el encuentro 2-0 y lejos del área de peligro; veremos si no lo extrañan demasiado el próximo 24 de mayo. Los Reales irán, al fin, por la Décima, que sería la primera para la gran mayoría de la plantilla.

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