Por Lemay
Padrón Oliveros
Este año será imposible, por razones lógicas de tiempo, pero para
venideras ediciones de la Serie Mundial de Clavados a gran altura en
Cuba, si las hay, se debe pensar en un lugar en el cual el público tenga
acceso a ver el show en directo, y no a través de las pantallas de
televisión.
Por
ser la primera vez es muy entendible que se haya escogido el acantilado
del Morro, el sitio quizás más paradigmático de la costa habanera, y
con las condiciones geográficas necesarias como para permitir el
desarrollo de la competencia con todas las de la ley.
Sin embargo, el público es parte esencial en cada espectáculo deportivo que pretenda serlo en serio, y este no escapa a eso. Del otro lado de la bahía, de espaldas a la competencia, se puede apreciar todo en las pantallas gigantes, con repeticiones y todo, pero seguro los propios clavadistas prefieren sentir el calor de la afición, y no solamente el del mayo habanero.
Otros lugares de la propia capital pueden escogerse donde los aficionados puedan ver en vivo y en directo, y además con el apoyo de las pantallas gigantes, una fiesta única del clavados en la cual se reunirán varios de los mejores practicantes de la modalidad en el mundo.
Otra cosa, aquí no es una tradición ni mucho menos, pero hay tiempo para preparar al menos a un clavadista con los deseos y el valor de lanzarse a tamaña altura, porque siempre la presencia de un anfitrión entre los competidores hala público, más ahora que ya la modalidad forma parte del calendario oficial de los Campeonatos Mundiales de Deportes Acuáticos, y quién sabe si tenga un futuro hasta olímpico.
Como se hace en otras competiciones, podría ser una especia de wild card, e incluso válido solamente para la parada habanera, hasta tanto el atleta o los atletas cubanos que se aventuren a ejecutar saltos a más de 25 metros alcancen la calidad necesaria como para participar por derecho propio.
Estos son apenas dos ideas para hacer más atractivo una prueba ya de por sí atrayente. No sé si alguien de los organizadores ya piensa en algo similar, pero si no es así, hay tiempo para poner manos a la obra e ir pensando desde ahora en una próxima edición. Tomando en cuenta la capacidad de Cuba en albergar todo tipo de citas deportivas, no dudo que la experiencia se repita en el futuro.
Sin embargo, el público es parte esencial en cada espectáculo deportivo que pretenda serlo en serio, y este no escapa a eso. Del otro lado de la bahía, de espaldas a la competencia, se puede apreciar todo en las pantallas gigantes, con repeticiones y todo, pero seguro los propios clavadistas prefieren sentir el calor de la afición, y no solamente el del mayo habanero.
Otros lugares de la propia capital pueden escogerse donde los aficionados puedan ver en vivo y en directo, y además con el apoyo de las pantallas gigantes, una fiesta única del clavados en la cual se reunirán varios de los mejores practicantes de la modalidad en el mundo.
Otra cosa, aquí no es una tradición ni mucho menos, pero hay tiempo para preparar al menos a un clavadista con los deseos y el valor de lanzarse a tamaña altura, porque siempre la presencia de un anfitrión entre los competidores hala público, más ahora que ya la modalidad forma parte del calendario oficial de los Campeonatos Mundiales de Deportes Acuáticos, y quién sabe si tenga un futuro hasta olímpico.
Como se hace en otras competiciones, podría ser una especia de wild card, e incluso válido solamente para la parada habanera, hasta tanto el atleta o los atletas cubanos que se aventuren a ejecutar saltos a más de 25 metros alcancen la calidad necesaria como para participar por derecho propio.
Estos son apenas dos ideas para hacer más atractivo una prueba ya de por sí atrayente. No sé si alguien de los organizadores ya piensa en algo similar, pero si no es así, hay tiempo para poner manos a la obra e ir pensando desde ahora en una próxima edición. Tomando en cuenta la capacidad de Cuba en albergar todo tipo de citas deportivas, no dudo que la experiencia se repita en el futuro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario