Siempre se dice que la matemática es exacta, pero en cuestiones deportivas no siempre es así, sobre todo cuando se trata de evaluar la actuación de todo un país en una cita multideportiva.
Los
Juegos Olímpicos de Londres-2012 dejaron a Cuba en el lugar 16 del medallero
general, con cinco preseas de oro, mejor al puesto 28 de Beijing-2008, cuando
solamente coronamos a dos atletas.
Sin
embargo, en el total de medallas la justa china fue más pródiga, con 24
metales, por 14 la londinense. Entonces, ¿en cuál estuvimos mejor?
En este
tipo de lides el oro tiene valor doble, pues es el que te hace subir
posiciones, y por eso a simple vista Londres se lleva la pugna, pero no se
puede descartar el hecho de que menos deportistas cubanos llegaron a las
instancias decisivas, y eso mide más la potencia de un país que un título
ganado a veces por muy estrecho margen. Por ejemplo, en Beijing con solamente
un cetro más hubiéramos avanzado 10 lugares.
No nos
engañemos, en Londres se perdieron varias peleas de judo y lucha en los
segundos finales, y aunque la mayoría no fueron en la discusión de preseas,
esas derrotas les cerraron a los nuestros el camino hacia el podio. De los eliminados
en boxeo, salvo Yosbany Veitía, los demás no se presentaron bien en los
combates en los cuales fueron superados por rivales accesibles.
El
atletismo puso quizás el punto más bajo, con muchos menos finalistas de los
esperados y la cosecha más pobre desde Atlanta-1996, pese a tener la comitiva
más numerosa de toda la delegación. Recuerdo que de los análisis posteriores a
los Juegos del Centenario el Deporte Rey tomó nota y firmó su mejor actuación
histórica en el Mundial de Atenas-1997, pero al menos a mí eso no me sirve: si
tengo que escoger es en una Olimpiada donde quiero ver brillar a los míos.
Pese a
estos últimos elementos, que no deben dejarse a un lado, sigo poniendo a
Londres por encima de Beijing por cuatro cosas fundamentales: mejoramos la cosecha
dorada, fuimos más efectivos en las finales, volvimos a disfrutar de una
coronación inesperada (la de Leuris Pupo) y el boxeo recuperó su condición de
nave insignia.
Como ven, dos de los cuatro elementos son subjetivos, por eso es tan rico el debate.
¿Usted qué piensa?
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