martes, 14 de agosto de 2012

Martillo (f): La chapuza de los Juegos

Por  Lemay Padrón Oliveros 

Cuando se dice Gran Bretaña se piensa enseguida en la puntualidad, en la organización, en el cuidado de cada detalle hasta la saciedad, y los Juegos Olímpicos de Londres-2012 demostraron eso casi en todo momento… hasta que llegó la final del martillo femenino.
La memoria se pierde buscando atrás otra competición de alcance panamericano, mundial u olímpico en que haya desaparecido literalmente un lanzamiento de una competidora así como así.
Es comprensible el shock en la cabeza de la alemana Betty Heidler al ver cómo su mejor envío era totalmente ignorado por los jueces de la competencia, como si se tratara de una competición de manigua.
Para colmo, el disparo era para medalla, y tuvo que medirse de manera virtual, pues ya el implemento había sido retirado y no había manera de saber con seguridad dónde había caído para obtener el verdadero alcance del intento.
Si estuviéramos en una competencia nacional, o hasta centroamericana, quizás fuera comprensible esta pifia mayúscula, pero en unas Olimpiadas es totalmente inaudito.
Quienes se encuentran en la capital del Reino Unido han comentado de algunos desajustes con el transporte, la lejanía de algunas instalaciones, problemas puntuales de conexión a Internet, en fin, lo de siempre en cada evento multideportivo a cualquier nivel, pero esto ya pasa de castaño a oscuro.
Imagino la vergüenza que deben haber pasado los máximos dirigentes de la Federación Internacional de Atletismo ante tamaña chapuza, que seguramente se recordará durante toda la vida en el capítulo de los peores momentos del Olimpismo.
Sin chovinismo ninguno: aquí podrán faltar comodidades hoteleras, taxis para todos los VIPs, estadios de millones de dólares, refrigerios a toda hora en las instalaciones, ancho de banda suficiente como para asumir un evento de magna envergadura y hasta pantallas gigantes para seguir las competiciones, pero el rigor profesional ha distinguido cada competición internacional realizada en este archipiélago, sea de quimbumbia o de submarinismo.
Seños Coe, ahí se le escapó la tortuga, como diría el genial Maradona.

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