miércoles, 17 de agosto de 2011

Liga de Desarrollo cumple poco objetivo

Por Lemay Padrón Oliveros

La celebración de la Liga de Desarrollo de béisbol en Cuba en esta fecha cumple bastante poco objetivo desde casi todo punto de vista, porque está separada del campeonato elite, al que supuestamente debe alimentar.
El fin principal de un torneo como este es desarrollar peloteros, pero desarrollarlos para jugar al máximo nivel, no para que sigan jugando entre ellos sin elevar su techo.
Cuando se crearon estos certámenes se hacían simultáneamente con la Serie Nacional, y funcionaban perfectamente como una reserva o equipo sucursal del combinado mayor, con jugadores en forma gracias al juego diario, listos para ser llamados en cualquier momento a asumir una posición en la Nacional.
Por ahí pasó la mayoría de los peloteros que hoy integran las selecciones de cada provincia, gracias al fogueo adquirido en esas lides, el cual les evitó un descanso obligado al no hacer el primer equipo desde un inicio.
¿Celebrar los 27 partidos de cada equipo en la Liga de Desarrollo ahora qué aporta?
De entrada, viendo las nóminas de los equipos, la mayoría tienen poca experiencia en Series Nacionales pese a rendir en los torneos provinciales, y eso me hace pensar que sus posibilidades de integrar la escuadra elite del territorio son escasas.
Quizás algún director incluya dos o tres jugadores de los más destacados en el equipo del territorio a la Serie Nacional, pero téngase en cuenta que ya este hombre habría participado en al menos 25 desafíos, incluyendo los play offs, y a la mitad del campeonato podría estar bastante cansado, porque no se preparó para 90 choques.
En un principio puede resolver un hueco cuando la mayoría de los integrantes de cada plantel están entrando en forma mientras ya ellos están al tope, pero a la larga creo que les aporta poco.
Otra falla con la celebración de la lid ahora involucra a los más experimentados, pues en el formato anterior eran bajados a la sucursal y allí podían remediar algún bache que les estuviera afectando su rendimiento, siempre más fácil de corregir en el juego diario que sentado en el banco.
Claro, los responsables alegarán que económicamente es muy difícil llevar los dos torneos a la vez, pero si a la postre el beneficio es tan poco se trata de todas maneras de un desperdicio de recursos humanos y materiales.

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