lunes, 8 de agosto de 2011

En Cuba también se practica el rugby

Por Lemay Padrón Oliveros

Muchos lectores se extrañarán con la afirmación que da título a este trabajo, pero lo cierto es que el rugby, en sus diferentes modalidades, se practica en Cuba desde hace varios años.
Personalmente recuerdo mis años en el preuniversitario (1989-1992), donde semanalmente se efectuaban partidos “de manigua”, sin aditamento o uniforme alguno, pero capaces de movilizar a casi toda la Escuela Vocacional Vladimir I. Lenin, y eran unos tres mil estudiantes.
Lo que más se conocía era el fútbol americano, el cual según datos consultados se practicaba en la Isla desde los primeros años del siglo XX, y hasta los años 50 hubo hasta torneos oficiales, en los cuales se hicieron famosos clubes como Varsity y Caribes.
Esos planteles, conformados en su mayoría por estudiantes universitarios, jugaban con frecuencia y mantuvieron vivo el interés por esta disciplina, pero en los últimos 40 años esta pasión se extinguió poco a poco, y no fue hasta inicios de los 90 que se retomó su práctica.
Oficialmente el primer club fundado después del triunfo de la Revolución fue el Indios Caribe, creado en 1993, y luego surgieron también Los Giraldillos (1997) y José Martí (1999), pero eran planteles de 15 jugadores.
Con el apogeo de la disciplina, desde 2002 se impulsa a nivel nacional, tanto de 15 como de siete jugadores, aunque la primera es la de mayor asiduidad, pues desde 2004 anualmente La Habana organiza un certamen por invitación.
Sobre el terreno del Centro Deportivo Eduardo Saborit, en la capital, se celebró un certamen internacional en 2010, en el cual participaron jugadores de Canadá, Estados Unidos, Perú México, Venezuela y Cuba, estas tres últimas naciones con sus equipos nacionales.
La comitiva de casa solamente perdió el partido final, y esto fue considerado un buen augurio para el impulso a esta disciplina, que actualmente se practica en más de 100 países.
En mayo pasado se celebró también el primer festival internacional de rugby para los niños, y todos los años se organiza la Copa 13 de agosto, de rugby a siete para mayores, esta última de carácter nacional por invitación.

APOYO OFICIAL

Con la salida del béisbol del programa oficial de competencias en Juegos Olímpicos y la aprobación del rugby, el Ministerio cubano de deportes (INDER) abrió sus puertas a la novedosa modalidad, muy popular en Suramérica, especialmente en Argentina, Uruguay y Chile.
Todavía no está constituida oficialmente la Federación cubana de la disciplina, y mayormente este deporte se juega gracias al amor de sus practicantes y el apoyo de países como Canadá y Francia, entre otras naciones.
Baste decir que los jugadores realizan esta labor fuera de su horario de trabajo, se reúnen alrededor de las seis de la tarde casi todos los días, y piden permisos especiales o vacaciones cuando deben tomar parte en algún evento.
El rugby también fue arropado en la Escuela Internacional de Educación Física y Deportes (EIEFD), donde jugaban los denominados Perros de San José, en referencia a la localidad donde está enclavada la instalación, y también en la Escuela Latinoamericana de Medicina (ELAM).
Actualmente se juega además de en La Habana en Pinar del Río, Villa Clara, Sancti Spíritus, Ciego de Ávila, Camagüey, Las Tunas y Granma, por solo mencionar las más adelantadas, y la modalidad que más se practica es el de siete integrantes, precisamente la olímpica.
Cada provincia organiza competencias locales y en dependencia de la cercanía topan entre ellas, porque todavía les resulta muy costoso desplazarse hacia territorios más distantes, porque al no estar reconocida como Federación no cuentan con un verdadero apoyo oficial.
El metodólogo inspector del INDER, Eric Gutiérrez, informó que frecuentemente ofrecen cursos y seminarios en el interior, en especial para niños y jóvenes, en aras de fomentar la práctica del rugby en las escuelas primarias como parte de la educación física que reciben.
Según explica Gutiérrez, ya la estructura de la futura Federación está propuesta al INDER a la espera de la aprobación, y posteriormente sería aceptada por la Confederación Norte, Centroamericana y del Caribe de la disciplina (NACRA).
El protocolo indica que alrededor de dos años después la Federación Internacional de Rugby (IRB) aprobaría el ingreso de Cuba y el consecuente reconocimiento mundial, por eso el tiempo es oro para quienes aman esta modalidad.
Al no ser de Alto Rendimiento, el rugby existe por el tesón de sus practicantes, el INDER apoya con recursos humanos y las instalaciones en función de la práctica masiva, pero se haría mucho más si existiera la Federación con un presupuesto propio, indica Gutiérrez.
Añade el funcionario que cada año entre ocho y 10 equipos, fundamentalmente clubes, vienen a Cuba a topar, y algunos lo han hecho fuera de La Habana, en Pinar, Matanzas y Granma, sin contar el evento internacional pasado, que tendrá su segunda edición a inicios de diciembre.
Por primera vez este año desarrollaremos zonales territoriales: en octubre serán los de Occidente y Centro, y en noviembre el de Oriente, agrega.
Entre los principales objetivos del naciente rugby cubano está desarrollarlo desde las categorías inferiores, la creación de escuelas en todo el país, el fomento de la modalidad femenina, el fortalecimiento de los equipos provinciales y la participación en eventos internacionales para insertarse en la Confederación regional.
Los prejuicios han sido el principal enemigo para la extensión de este deporte en Cuba, aunque quienes lo defienden tienen otra visión.
Es un modo de vida para los que lo practican a partir de las características y condiciones del deporte, le llaman el único deporte colectivo de combate, aunque esto no implica violencia, porque potenciamos sobre todo el colectivismo, la sinceridad, la honestidad y el patriotismo, concluye Gutiérrez.

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